sábado, 24 de diciembre de 2016

Un republicano opina.


EL CUENTO DE LA NAVIDAD

Llega la fiesta “religiosa” de la Navidad con sus belenes, sus villancicos, sus cuentos y sus felicitaciones... Unos cenarán saliéndoles la gula por las órbitas de los ojos, otros cenaremos como todos los días con una ligera mejora haciéndonos eco de la parte gastronómica y comercial de la fiesta y otros cientos de hermanos nuestros apenas tendrán algo para echarse a la boca... ¿Felices Navidades?
El solsticio de invierno bautizado por la Iglesia y convertido en una fiesta religiosa, mítica y que nada tiene que ver con acontecimientos históricos y nos hace olvidarnos de tantas cosas para hacernos caer en las fantasías y derroches, para convertirnos en meros consumidores del gran negocio religioso-comercial.
La Iglesia, siempre controlándonos, marcando nuestras fiestas y descansos, llenándonos las cabezas de sus fábulas, reduciéndonos a un estado de alienación y desmemoria. Los que se enfrascaron en la redacción y puesta en marcha de la constitución monárquica del 78 nos quieren hacer creer que es laica, y nada más falso y engañoso. Vivimos entre tantas infamias que recortan nuestra libertad y derecho a ser...
Otros muchos ciudadanos, estimulados por los medios de comunicación que especulan con lo que dirá en su discurso el sucesor del sucesor del dictador Franco, estarán pendientes de la caja boba... Son los que viven de sainetes, comedias y zarzuelas.
Así el país se paraliza ideológica y moralmente, absorbidos o alienados por el momento pseudo-religioso, solo reducidos al papel de expectantes y participativos del consumo y de los cuentos... mientras dos millones de hermanos se ahogan en la desesperación y en la miseria... pero es “navidad” y todo el mundo , como papagayos, repetimos sin ton ni son "Felices Navidades".
Pero ¿de verdad son “Felices Navidades”?

martes, 13 de diciembre de 2016

Un republicano opina


República. 
Acaba el año y apenas hemos avanzado.

A 20 días de acabar el año conviene reflexionar que ha supuesto para nosotros los republicanos de izquierda, que avance hemos tenido, si los ha habido, si podemos considerar que estamos llegando a la ciudadanía con nuestro ideario republicano, en definitiva si la República la vemos cerca o lejos pese a nuestros deseos personales y sobre todo como lo ven los ciudadanos que nos contemplan levantar la Bandera pero que todavía no forman parte del proyecto y son meros espectadores.
Además de reflexionar hacia donde va la otra “izquierda”, la que se sienta en el parlamento del rey, si ayuda a avanzar en los postulados que hemos heredado de la gran Revolución Francesa o si por el contrario confirma, afianza la restauración monárquica que dispuso en testamento el dictador.
Me voy a centrar en la primera parte de mi intento de reflexionar y no me cabe más desasosiego al ver terminar el año sin una organización republicana estatal estable, reconocida y que abandere sin complejos la conquista de la libertad republicana.
Los republicanos seguimos fallando, en mi opinión, como motor politico-social que anime a la ciudadanía a levantar la Tricolor con vigor y sin miedos, esa ruptura necesaria y alternativa radical que representa la República. Y es porque hemos mirado demasiado lo que otros hacen sin plantearnos un calendario autónomo que establezca las estrategias necesarias para mover a los ciudadanos a sentir que sus graves problemas y carencias no pueden solucionarse sin ese cambio que supone recuperar la República.
Debemos afrontar y dejar claro que la grave situación económica que padece la sociedad en general, la corrupción y el trapicheo político, los desahucios, la precariedad laboral, el abuso patronal, los problemas de la educación pública, la sanidad que nos roban para privatizarla y convertirla en el gran negocio, el incumplimiento sistemático de sus leyes, la criminalidad machista sin fin, la fuga de cerebros por falta de cauces para la investigación, la bula fiscal e impositiva de la que goza la Iglesia, la parcialidad de la justicia, la nula atención a la memoria histórica republicana, la burla de la clase dirigente al gobernar solo para los intereses de la minoría pudiente... Deben ser abordados desde un planteamiento radical, o lo que s lo mismo yendo a la raíz de los problemas y esto solo se puede hacer desde la República, dejando claro que todo lo que nos proponen los ex-socialistas, la derecha y los nuevos partidos son “agiornamientos” o ligeras capas de pintura para disimular la situación de deterioro en la que está el régimen y de la que ellos son cooperadores necesarios.
Pero, claro, para que los ciudadanos nos entiendan y se sientan atraídos por nuestras propuestas nos tienen que encontrar en todos los tajos y lugares de lucha, ofreciendo la alternativa definitiva a las graves situaciones que vivimos-viven, superando la división, el capillismo y con un programa republicano unitario, creíble, abierto, sin dogmatismo ni pamplinas.
La República es el gobierno de todos para con todos y para que llegue son necesarios los republicanos previamente organizados, con un programa y en el seno de la sociedad.
SyR.