domingo, 21 de junio de 2020

Nuestro objetivo, la República. 

El gobierno de coalición PSOE-UP representa, sin duda un gran alivio para las clases populares si miramos hacia atrás, a los diferentes gobiernos que les han precedido desde que se aprobó la llamada constitución de 1978. Pero ni uno ni el otro son partidos republicanos, aunque algunos de sus componentes individuales se consideren como tales. Son partidos de ideología socialdemócrata compatibles con una monarquía, como son los afines suecos, los daneses o los laboristas ingleses por citar algo de lo que se da en Europa.
Recordemos que esta Coalición de Gobierno inició su andadura política prometiendo lealtades a la constitución/78 y al Rey Felipe VI, y sin ninguna mención a la República.
A este gobierno, pese a todo, no quiero negarle “bondades”, pues ciertamente se darán pasos que contribuyan en parte a limar esas diferencias abismales en favor de las clases menos favorecidas con respecto a los gobiernos precedentes, pero tengo claro que con ellos no llegaremos a una República. Lo más que trabajarán es para que la “parte más social” de la constitución del 78 boicoteada y recortada en la praxis política y social hasta hora por los gobiernos que les han precedido sea un tanto más real, pero al fin y al cabo queda en un "intento" lleno de bondades y de "cierto" alivio social. Pero repito, no me canso, en mi opinión, no son republicanos y su objetivo político no es la República.
Para los republicanos, hoy todavía bastantes dispersos, la única referencia constitucional válida es la de la que representa IIª República. Cierto que han cambiado mucho los tiempos y que será más que necesario actualizarla para que responda los avatares del siglo XXI. Cuando recuperemos la Legalidad Republicana ya introduciremos las adaptaciones que consideremos acordes a los tiempos. El pueblo hablará y decidirá. 
Lo importante es que conseguimos cuajar y hacer fuerte y presente el partido republicano, como tal al margen de los reformistas del régimen PSOE-UP. Y abierto al diálogo y al encuentro con otra formaciones republicanas del país. 
Esa falta de presencia y organización republicana es nuestra debilidad a superar para evitar que la monarquía, y sus sustentadores, se consoliden en su empeño de hacer creer a nuestro pueblo que son lo más parecido a las monarquías del norte de Europa y que nada tienen que ver con el franquismo, su verdadero diseñador.
Sin República no hay democracia real, el estado es en cierto modo “finca” particular de una familia, una familia que lo es todo menos noble, en sentido amplio de la palabra, al beneficiarse de su situación privilegiada para el enriquecimiento personal y darse la gran vida mientras este pueblo desprotegido sufre las lacras del desempleo y de un estado de bienestar a la baja... 
La historia y recientemente los descubrimientos de los tratos y comportamientos más que deshonestos del sucesor de Franco no solo nos dejan perplejos sino que confirman la necesidad de una jefatura del estado responsable y sujeta a la ley igual para todos, sin privilegios ... 
Esto solo lo puede garantizar una República democrática, donde los ciudadanos eligen, donde todos tienen las mismas oportunidades, donde el que la “hace la paga” por muy alto que esté en ese momento en la “cúspide” política.
Una República donde la libertad, la igualdad y la fraternidad acampen y abracen a todos los ciudadanos, que la aceptan y la defienden como el mejor de los bienes políticos de los que podemos dotarnos.
Para lograrlo es necesario mayor compromiso, mayor organización, más presencia, más militancia... 
Unión Republicana está en ello. 
(Salva Artacho) 

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