Un republicano opina
Lo de Madrid ha sido una gran derrota para la izquierda, y una victoria para el fascio, disfrazados de supuestos "demócratas libertarios", (disculparme los auténticos libertarios, todos mis respetos para vosotros). Pero ha sido una derrota temporal aunque vamos a sufrir graves consecuencias, sobre todo el pueblo de Madrid, de las que tenemos dos años por delante para reponer y reconstruir fuerzas y estrategias.
Mientras haya voluntad de seguir la lucha política por nuestros objetivos de libertad, justicia, solidaridad... no todo está perdido. Para recuperarnos tenemos que avanzar sobre todo en organización y nuestros mensajes tienen que ser claros, que lleguen y despierten a todas las clases trabajadoras.
Empecemos por despejar conceptos bobos y falsos como el de "clases medias", porque algunos tengan mejores salarios que otros y más consumo a su alcance, olvidan fácilmente que todos los que vivimos de un salario, no no engañemos, somos clases trabajadoras. Si tomamos conciencia de esa realidad, otros serán serán los resultados.
La "revolución democrática y republicana" no puede ser obra de un líder por muy carismático, vigoroso y preparado que esté; la transformación de la sociedad en una más justa y solidaria solo puede ser fruto de un pueblo en su conjunto que toma conciencia y vuelve a creer en sus posibilidades y que tiene claro que sus intereses nada tienen que ver con la extrema derecha, con los banqueros liquidadores de empleos, con los políticos corruptos, ni con las monarquías restos de un feudalismo superado y que la dictadura anterior trató de imponernos...
Solo un pueblo rearmado ideológicamente, con conciencia política y social, con valores compartidos en su conjunto puede salvarse, liberarse de las cadenas impuestas y conquistar la libertad, la justicia, la igualdad, la fraternidad... tan necesarias para el progreso de todos, especialmente de las clases trabajadoras.
Retomemos el trabajo político y formativo, y pongámonos en marcha para que no nos vuelvan a pillar despistados.
Salud y República.
