lunes, 30 de enero de 2017

Un republicano opina


EN MI OPINIÓN

No quiero ser pesimista ante los tiempos que vivimos. El marxismo nos decía que la marcha al socialismo era imparable, del mismo modo que el capitalismo venció al feudalismo, el proletariado vencería al capitalismo por las graves contradicciones que en si lleva. En cierto modo es una filosofía política excesivamente determinista y finalista.

Pero la dos grandes guerras mundiales demostraron que las clases trabajadoras fácilmente caían en el chovinismo y en un nacionalismo estúpido que rompía con el internacionalismo obrero, esencia del socialismo de corte marxista.

Hoy cien años después de la gran Revolución Rusa el capitalismo en su forma más feroz reina en Rusia y en las antiguas zonas de su influencia... 

China, la potencia en la que sigue ondeando la Bandera Roja es la gran competidora de EE.UU. y en su seno se dan las mayores contradicciones sociales que podamos imaginar...

¿Qué esperanza de un mundo mejor e igualitario nos quedada?

La clase obrera, en nuestro país y en todo el mundo, está tan troceada y desunida, que revertir los recortes criminales impuestos parece una lucha de titanes, pero no imposible. 

La utopía deja de serlo cuando hay unas clases sociales trabajadoras que recuperan su conciencia política y rompen con el estado de alienación impuesto..

¿Será ese el caso de las clases trabajadoras españolas?

Salud y República. 

jueves, 26 de enero de 2017

Un republicano opina




Hablemos claro, ciudadanas,os.

Del aparentemente inocente "laissez faire, laissez passer" esgrimido por los liberales para justificar el capitalismo naciente ante el viejo régimen feudal hace casi tres siglos hemos llegado a la explotación y la miseria de la mayoría social por parte de los neoliberales de hoy...
¡La democracia formal es todo un camelo! Sino hay democracia económica, social y política seguiremos en la senda de más miseria y alienación social, a menos libros, a más hambre, a más guerras, a menos sanidad, a mayor desesperación, a menos libertad...
Queremos una democracia que vaya y resuelva lo problemas y las injusticias que nos abaten desde la raíz de los mismos, una democracia directa, controlada por el pueblo, un pueblo libre y culto, un pueblo de iguales y solidarios.
Esa democracia es incompatible con un encabezamiento de la monarquía. Esta está basada en la desigualdad, en la primacía de una familia que lo tiene todo por casi "derecho divino", en un vestigio del sistema feudal.
Una democracia politica exige el claro y definitivo control del pueblo sobre sus administración política temporal, en la elección y deposición de los defraudadores y malos gobernantes. Todos los cargos del poder político, legislativo y judicial deben ser electos por el pueblo, único soberano.
Una democracia económica, que acabe con la explotación del capitalismo, de los bancos, de los especuladores, de los empresarios usurpadores de la plusvalía producto del trabajo de los trabajadores. La empresa no puede ser coto y propiedad de un empresario o de un puñado de accionistas, sino de sus trabajadores que cooperan en la producción de bienes y servicios que la sociedad demanda.
Una democracia social que garantice a todos el bienestar y las oportunidades con los mismos derechos y obligaciones...
¿Es esto la denominada "democracia española"?
Pues, si presumimos de consecuentes, tenemos tarea por delante.
Salud y República.


jueves, 19 de enero de 2017

Un republicano opina



Mi testimonio.

Hace 45 años tecleé en una máquina como ésta la "Cuatro Tesis de Mao", "El qué hacer de Lenin", El Manifiesto Comunista"... para luego imprimirlos-editarlos en la ciclostil y repartirlos entre los compañeros. Alimentábamos lo que creíamos que era nuestra ideología marxista-leninista... eran los tiempos de la dictadura y nos movíamos en la clandestinidad... Que fácilmente caí en dogmatismo... 

Más tarde conocí a los anarquistas y mi espíritu hasta ese momento cautivo de un izquierdismo dogmático, casi infantil, empezó a liberarse y echar a andar y a producir por sí mismo ideas y proyectos más asentados en la realidad a la que quería contribuir para su transformación en una sociedad de iguales y de hombres libres.
Pasé por la socialdemocracia española hasta que se hizo tan evidente su falso reformismo. Y vi, con estupefacción, que solo era la tabla de salvación y permanecía de los intereses de los de siempre, de los poderosos...Se trataba de una democracia tan trucada que no valía la pena darle el más mínimo esfuerzo. Desalentador...
Cuando descubrí la historia republicana de mi abuelo, fallecido en el exilio, como conocí a través de mi amigo Pepin las luchas y los esfuerzos de aquellos valientes andaluces, jornaleros, hombres sencillos pero dispuestos a todo por la sociedad de la libertad, entendí que ya tan mayor, superado el cáncer que me asaltó hace 8 años solo podía poner mi pensamiento, mi tiempo y los esfuerzos que pudiera reunir en la causa justa de la República. Desde entonces escribo, milito y hago todos los esfuerzos que puedo por tan justa causa: conquistar con otros ciudadanos la "República de los Trabajadores de todas las clases". A mí me vale la pena y nunca me he encontrado más satisfecho políticamente como haciendo lo que con mis limitaciones hago.
Salud y República.

miércoles, 11 de enero de 2017

Un republicano opina


POR UNA REPÚBLICA, DEMOCRÁTICA, FEDERAL, LAICA Y SOLIDARIA

Históricamente la “izquierda” española ha defendido el derecho de auto-determinación de los pueblos. Hoy, en el siglo XXI, esta premisa que les distinguió, entre otras, de las derechas se ha ido colapsando.
España, se mire como se mire, es una nación de naciones y sin duda la mejor forma de vertebrar-la, asegurar la convivencia e ilusionar a la ciudadanía es dotarse de un estado democrático y federal, atendiendo al desarrollo económico y social de los diferentes pueblos que la conforman, guiados por un ejercicio político basado en la igualdad más absoluta y desarrollando una práctica política que corrija los desajustes que en la actualidad perduran.
De ahí el papel de un gobierno federal que señale e introduzca esas medidas correctoras, pero las mismas no darían los resultados esperados y deseados por los demócratas de no ser asumidas como propias por las gentes de los diferentes pueblos.
Los intereses colectivos de la ciudadanía priman por encima de los grupos de presión o de los intereses bastardos de las clases dominantes que hemos venido soportando hasta hora. Por ello el nuevo estado que propugnamos en su forma de República tiene como objetivo fundamental la política que permita el diálogo y encontrar los puntos que permitan una convivencia de los diferentes pueblos que conforman ese estado. De ahí nuestra actitud absolutamente federal.
La monarquía no es representativa en esta sociedad nuestra y su reimplantación no se debe al deseo de los ciudadanos sino que fue una condición vergonzante que aceptaron los cabecillas de la “izquierda” de entonces contra la voluntad mayoritaria y republicana de sus bases, bajo el el vago argumento de que era la única forma de superar la dictadura. Curioso, ¿no? se “sale” de la dictadura admitiendo la voluntad de ésta... y ya sabemos el precio que estamos pagando.
Recuperar la República es reencontrarnos como pueblo y la única forma de llegar a una democracia que vaya a la raíz de los problemas que sufrimos, la única forma de superar esta “semi-dictablanda”, desarrollar las más amplias libertades y encontrar como pueblo la solución a los múltiples problemas que nos han ido creando la derecha y los políticos revisionistas actuales que se “proclaman” de la izquierda mientras burlan a su pueblo.
Esa política no puede, pues, ser otra que el diálogo y el reconocimiento de los derechos de los pueblos a decidir como convivir y desarrollarse y que permita los ajustes necesarios para corregir agravios al mismo tiempo que promueve un desarrollo solidario para todos. Por todo ello, los republicanos de las diferentes nacionalidades y regiones que conforman el estado, pensamos que en el marco de un estado republicano, democrático, federal y solidario seria posible encontrar soluciones, cabidas, ajustes y encuentros que permitan una convivencia y un desarrollo que a todos, especialmente a las clases populares, nos interesa.
Recuperar la República nos permitirá hablar con Europa en las mejores condiciones, con dignidad, evitando definitivamente la imposiciones y haciéndonos respetar como pueblo.
Sólo un pueblo que ejerce la libertad con decisión es respetado y admirado, los acomodaticios y cobardes siempre son burlados y dominados.
Salud y República.


martes, 3 de enero de 2017

Un republicano opina


LA REPÚBLICA UN DESAFÍO AL QUE NOS APUNTAMOS

El PSOE “moderno”, el antiguo partido de Pablo Iglesias, ha renunciado a su herencia ideológica, a la República, para ser uno de los dos pilares principales de la monarquía decidida por y heredada de la dictadura, junto al PP.
El electorado está cambiando bastante con respecto a ellos, como hemos comprobado en las últimas elecciones generales y las diversas autonómicas que las precedieron. El PSOE corre veloz, fracaso tras fracaso, traición tras traición a las promesas hechas a su electorado, a perder la hegemonía de la que gozaba en ese amplio campo del centro- izquierda. La socialdemocracia como ideología que propugna a través del reformismo político un camino al socialismo está amenazada de muerte en España por obra de estos neo-monárquicos, renegados de su historia centenaria de lucha social y republicana.

Lo triste es que Unidos Podemos, la nueva izquierda del sistema, no ha aprendido la lección y trata de ocupar el espacio que va dejando el PSOE para jugar es baza socialdemócrata acomodaticia dentro del régimen. Es verdad que esta “nueva” izquierda es reivindicativa frente a muchas de las acciones políticas del gobierno actual, son críticos con muchos de los atropellos que sufrimos pero no ofrecen una alternativa clara para el mundo del trabajo y en general los ciudadanos progresistas frente al actual sistema. La palabra República la obvian en el día a día, sin ruborizarse, dando a entender que reivindicarla no dejan de ser objetivos políticos anticuados y superados hoy, como si reclamarla les impediera conseguir el papel "dominante" dentro de la “izquierda” al que aspiran, lo que les lleva a "despreciar” la unidad de acción con los otros grupos y partidos de izquierda que la reivindican... Firman con su acción y su juegos de poder la muerte de la unidad popular y la posibilidad de avanzar, como la situación exige, hacia la República.

Y es que, como ciudadanos debemos plantearnos que si nadie trabaja por uno, nadie debe decidir por uno, lo que traducido a la práctica política que estamos tratando de analizar viene a ser: si queremos la República, los republicanos tenemos que salir a la luz pública, desarrollar nuestra organización y trasladar a los ciudadanos la alternativa republicana sin rubor y sin miedo.

La unidad de los republicanos, su propia organización, la clara reivindicación de la legalidad republicana secuestrada por la dictadura y su prolongación actual, la monarquía, deben llegar a los ciudadanos, para contribuir a recuperar esa memoria histórica que parece olvidada por nuestro pueblo, hoy mas víctima todavía, que hace unos años, del capitalismo sin escrúpulos y de sus servidores políticos actuales,para sentirnos orgullosos de nuestra condición y mostrar al mundo que llevamos un mensajes de progreso, de justicia, de igualdad... en definitiva de libertad.
La República, un desafío al que  nos apuntamos..., entonces empezaría a ser un objetivo alcanzable medio plazo.
Salud y República.