Los reyes, afortunadamente, van siendo despedidos y desposeídos de sus privilegios en la vieja Europa, aquéllos
que por la “gracia” de Dios y la "punta" de sus espadas eran
ungidos reyes, por la decisión y el valor de los ciudadanos han
dejado de serlo: Francia, Alemania, Austria, Italia, Polonia,
Hungría, Rusia, Bulgaria, Grecia... y una larga historia de países,
poniendo fin al anacrónico sistema político de que una familia
herede y disponga de una nación como si fuera su propiedad.
También
nosotros los españoles en dos ocasiones despedimos a los reyes o
huyeron ellos al ver y sentir como el pueblo los aborrecía.
Así
tuvimos la Iª República Española, proclamada por las Cortes el 11 de
enero de 1873 hasta el 29 de diciembre de 1874, cuando el
pronunciamiento del general Martínez Campos dio comienzo a la
restauración borbónica en España. Fue, sin duda, un gran fracaso
histórico, tuvimos en un año 4 presidentes, pero sobre todo éste "desastre político" tuvo sus causas en una burguesía nacional que no estuvo a la altura
histórica de otros países, junto a las intrigas de los monárquicos
recalcitrantes, las guerras carlistas, la influencia de la Iglesia
Católica (siempre la araña negra tejiendo sus redes) que veía
peligrar sus privilegios semifeudales, el bajo desarrollo cultural,
político-liberal, en un incipiente y poco desarrollado movimiento
obrero...
La
restauración monárquica nos metió en las aventuras expansionistas
en Africa, en un vano intento de conseguir a través de nuevas
expediciones coloniales “reparar” la pérdida de las posesiones
americanas, pero los desastres militares ( no podían ser de otra
manera, pues, a la injusta agresión a la libertad de otros pueblos se
sumaba la ineptitud de los barrigudos e inútiles generales, a lo
más torpes espadachines de salón), las pérdidas de vidas
de soldados que morían lejos de su patria por los falsos sueños
imperiales de unos reyes mujeriegos, juerguistas y viciosos, junto a
la incidencia del desastre económico del crisis capitalista del 29, al mismo
tiempo que un movimiento obrero iniciaba una marcha imparable junto a
los intelectuales clamando por poner fin definitivo a un régimen tan
absurdo, inmoral y derrochador de recursos, hicieron
posible el desapego a la nefasta monarquía por parte de nuestro pueblo.
Solo
dos borbones tuvo que soportar el pueblo español antes de recuperar
de nuevo la República, si bien es cierto que tuvo que sufrir la
tiranía de la dictadura de Primo de Rivera y el terror de los
pistoleros a sueldo que asesinaban a los líderes populares y
sindicalistas.
Las
elecciones municipales celebradas en 1931 en la que los republicanos
fueron ganadores indiscutibles hicieron huir al borbón, iniciándose
la IIª República Española, verdadera y única oportunidad para
todos.
Una
República que a diferencia de la Iª supuso en poco tiempo una
apertura de libertades y un desarrollo cultural y científico para
España que empezaba a igualarnos a los
países del entorno.
Una
República cuyo brazo principal era el fuerte movimiento político
republicano, democrático, laico y el movimiento obrero. Que
emprendía la reforma agraria, la modernización de las estructuras
ancladas, la reforma administrativa, el desarrollo de la instrucción
pública como nunca antes se había dado... Y esto era demasiado para
un ejército fracasado en sus aventuras coloniales, para unos
terratenientes que perdían lo que no habían ganado con su esfuerzo
y trabajo, para una Iglesia que retrocedía a marchas forzadas frente
al desarrollo científico y el laicismo que se respiraba.
Por
fin España despegaba y era querida en el interior por sus ciudadanos
y en exterior era admirada por los demócratas internacionales.
Claro
que la derecha caciquil y a-silvestrada, el fascismo nacional e
internacional, el tenebrismo de la Iglesia, no perdían ocasión de
conspirar y organizar su desastre, ayudados sin disimulos por las
potencias nazi-fascistas (Alemania e Italia), e indirectamente por
la cobardía política de Francia y el Reino Unido con su enclenque política “no intervención” para no disgustar a Hitler permitieron al
ejército fascista a acabar con ella a sangre y fuego.
Tantos
y largos años de dictadura, de persecución, de segar la vida de
los demócratas, de privar de cultura a nuestro pueblo, de imponer el
miedo sobre la conciencia y el compromiso social , de potenciar la
injusticia más rancia fueron “coronados” con una nueva
restauración monárquica, con una semi-democracia, con unos partidos de
“izquierda” que saltaron del barco de la libertad para acomodarse
al régimen de la dictadura monárquica y alternarse con la derecha
franquista más rancia...
Dos
borbones antes de llegar a la IIª República, dos borbones después
del sanguinario dictador, que probablemente sean sólo estos dos borbones antes de
alcanzar la IIIª República. No más. depende de nosotros.
Los
monarcas no son eternos, sus cortes y sus fastos son millones mal
gastados que burlan los derechos y necesidades de los pueblos, siendo
un impedimento para el desarrollo de los mismos, por ello deben ser
despedidos y expulsados con su camarilla de políticos corruptos y aprovechados,
única forma de que podamos recuperar la condición de ciudadanía
que se manifiesta a través de la libertad, la igualdad y la
fraternidad.
Con
la IIIª República podremos conquistar la democracia económica,
política y social, el federalismo que ampare a los diferentes
pueblos de la península y nos permita obtener más beneficios de toda índole para todos al
mismo tiempo que nos llene de respeto a la idiosincracia de cada
uno, el reparto del trabajo, la justicia social, el estado laico que
re-sitúe en el plano que le corresponde a las religiones para que no
entorpezcan el progreso de nuestros pueblos.
Para
ello, CIUDADANOS, necesitamos más que nunca converger en la unidad
de acción todos los republicanos y demócratas, apostar con sinceridad y generosidad por ese futuro de progreso en libertad.
Salud y República.
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