La
Unidad Popular es el único camino para enderezar este país hacia
un cambio político profundo, un cambio constitucional que deberá
satisfacer los criterios de Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Ese
es el camino que los demócratas republicanos y la izquierda, que la
ciudadanía hastiada de las imposiciones y recortes... debemos
emprender, pero para ello el primer principio es el respeto a la
autonomía de cada uno, sin ánimo de fagocitar a los demás que se
avienen a pactar por muy pequeña que sea su presencia electoral.
Si
de algo pecamos los que nos reclamamos de la izquierda es la poca
importancia que damos a nuestros hermanos ideológicos y la
sobre-valoración que nos damos a nosotros mismos.
“Podemos”
parece, por los resultados electorales de las europeas y
autonómicas, la fuerza más destacada entre la izquierda, tras
haber sufrido ese gran varapalo electoral IU y el todavía poco peso
electoral de los republicanos en sus diversas organizaciones.
Por
esa misma razón, si dejan lo de “ni izquierda ni derecha”, para
volcarse en ese cambio que el país necesita, no pueden plantear a
los partidos o grupos minoritarios que la única vía que tiene para
alcanzar el cambio político frente a los poderosos de ayer es
someterse o disolverse dentro de su partido. Absorber no es unidad,
sino imperio, imposición de su ideario, de su verdad política.
Verdad que en política nunca es absoluta y admite como tal muchos
matices. Matices que se enriquecen con la unidad de acción de la
diversidad política que se reclama de izquierda.
El
paro, los recortes, la privatización de la sanidad, de la educación,
la corrupción en sus múltiples apariciones, el empobrecimiento de
las clases populares con sus nefastas consecuencias de hambre,
desahucios, desatención a la dependencia, desprecio al emigrante...
y las escandalosas formas de predominio de la banca y de las diversas
castas que el régimen monárquico imperante e impuesto en su día
por la voluntad de un dictador, solo pueden ser atendidos con los
criterios más solidarios, con un régimen nuevo, un régimen de
libertades y de transformación social. Intentar parchear dentro del
sistema es pan para hoy pero hambre para mañana. Es estar pendiente
de nuevas recaídas.
Solo
la República puede y debe atender esas necesidades y esos problemas
desde los criterios de la más absoluta equidad y de la justicia. Lo
que ha dado la monarquía lo sabemos por la historia y por el
presente que estamos viviendo.
Quienes
se empeñen en reformas y enlucidos de un edificio agrietado y
tambaleante... pues habrán fallado a las necesidades que tenemos
como pueblo y le habrán hecho el juego a los poderosos, castas y
aristócratas.
Ningún ser humano por encima de otro ser humano.
Este
es un Pueblo sediento de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Y el
único camino es el de la Unidad Popular.
Salud
y República.
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