Acaba el año y apenas hemos avanzado.
A 20 días de acabar el año conviene
reflexionar que ha supuesto para nosotros los republicanos de
izquierda, que avance hemos tenido, si los ha habido, si podemos
considerar que estamos llegando a la ciudadanía con nuestro ideario
republicano, en definitiva si la República la vemos cerca o lejos
pese a nuestros deseos personales y sobre todo como lo ven los
ciudadanos que nos contemplan levantar la Bandera pero que todavía
no forman parte del proyecto y son meros espectadores.
Además de reflexionar hacia donde va
la otra “izquierda”, la que se sienta en el parlamento del rey,
si ayuda a avanzar en los postulados que hemos heredado de la gran
Revolución Francesa o si por el contrario confirma, afianza la
restauración monárquica que dispuso en testamento el dictador.
Me voy a centrar en la primera parte de
mi intento de reflexionar y no me cabe más desasosiego al ver
terminar el año sin una organización republicana estatal estable,
reconocida y que abandere sin complejos la conquista de la libertad
republicana.
Los republicanos seguimos fallando, en
mi opinión, como motor politico-social que anime a la ciudadanía a
levantar la Tricolor con vigor y sin miedos, esa ruptura necesaria y
alternativa radical que representa la República. Y es porque hemos
mirado demasiado lo que otros hacen sin plantearnos un calendario
autónomo que establezca las estrategias necesarias para mover a
los ciudadanos a sentir que sus graves problemas y carencias no
pueden solucionarse sin ese cambio que supone recuperar la República.
Debemos afrontar y dejar claro que la
grave situación económica que padece la sociedad en general, la
corrupción y el trapicheo político, los desahucios, la
precariedad laboral, el abuso patronal, los problemas de la educación
pública, la sanidad que nos roban para privatizarla y convertirla en
el gran negocio, el incumplimiento sistemático de sus leyes, la
criminalidad machista sin fin, la fuga de cerebros por falta de
cauces para la investigación, la bula fiscal e impositiva de la que
goza la Iglesia, la parcialidad de la justicia, la nula atención a
la memoria histórica republicana, la burla de la clase dirigente al
gobernar solo para los intereses de la minoría pudiente... Deben ser
abordados desde un planteamiento radical, o lo que s lo mismo yendo
a la raíz de los problemas y esto solo se puede hacer desde la
República, dejando claro que todo lo que nos proponen los
ex-socialistas, la derecha y los nuevos partidos son
“agiornamientos” o ligeras capas de pintura para disimular la
situación de deterioro en la que está el régimen y de la que
ellos son cooperadores necesarios.
Pero, claro, para que los ciudadanos
nos entiendan y se sientan atraídos por nuestras propuestas nos
tienen que encontrar en todos los tajos y lugares de lucha,
ofreciendo la alternativa definitiva a las graves situaciones que
vivimos-viven, superando la división, el capillismo y con un
programa republicano unitario, creíble, abierto, sin dogmatismo ni
pamplinas.
La República es el gobierno de todos
para con todos y para que llegue son necesarios los republicanos
previamente organizados, con un programa y en el seno de la sociedad.
SyR.
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