miércoles, 23 de mayo de 2018

Un republicano opina

¿POR QUÉ LOS REPUBLICANOS NO DESPEGAMOS? DEMOS EL PASO.

Necesitamos consolidarnos como partido para influir, ayudar y acercar la República a la ciudadanía de nuestro entorno y ámbito de influencia.
Desde un tiempo ya, asistimos a la aparición de pequeños partidos, de grupos, de ateneos, de iniciativas y movimientos netamente republicanos en nuestro país , las calles se van llenando de gentes y Banderas Tricolores como respuestas a los problemas que nos agobian... y sin embargo no conseguimos consolidarnos como un partido o movimiento que reivindica la República, que tiene las soluciones a los problemas de la ciudadanía, que hay una alternativa ciudadana y progresista frente a la monarquía y sus diversos gobiernos que nos han sumergido en este caos político actual, donde la corrupción, la precariedad y la falta de libertades y perspectivas de progreso cada vez se ahondan más y acortan e imposibilitan un futuro de libertad, de empleo, de cultura, de participación... en definitiva de  progreso social y justicia.
Ciertamente algo estamos haciendo mal y nos lo debemos plantear para corregir esas situaciones y lograr crecer como organización específicamente republicana en el ámbito estatal.
Pero también es cierto el miedo y la ignorancia política propiciados desde el poder para paralizar las iniciativas de los ciudadanos de cara a organizarse en un partido republicano.
También ha influido en esta parálisis el abandono por parte de la izquierda “clasica” de las ideas republicanas, de esa polÍtica nefasta de que ahora no es el momento, de que suena a viejo y perdedor, que ahora son otros los problemas inmediatos a resolver... y se hacen promesas que “alagan” el oído, que no resuelven nada, salvo la cotización y el status de quienes las hacen y definitiva consiguen que el régimen se consolide e incluso marque “notas” como que nada tiene que ver con el pasado del que es herencia... Ya soportamos dos reyes, dos cortes, la tiranía de los bancos y especuladores, la agresión de la iglesia a cualquier movimiento de progreso y despegue...
Por otra parte en la jerga popular todavía persiste, esa idea tan divulgada por el anterior régimen y su continuación actual de que hablar de República es igual a comunismo. Con lo que la pequeña burguesía y aquellos trabajadores mejor situados económicamente caen en un "absurdo" terror a perder bienes y situaciones socioeconómicas... Nada más lejos. Hablar de "República de los trabajadores de todas las clases" tiene como traducción el derecho a ganarse la vida y un lugar en la sociedad para todos aquellos que trabajen y cooperen con sus esfuerzos, independientemente de sus estatus social y profesional, a la vida política, económica y social del país. Por lo tanto nada que ve con el comunismo, entendido éste como los modelos que en Europa del Este o en China han terminado desembocando en modelos de capitalismo de estado, de formas autoritarias, en definitiva de capitalismo salvaje.
"República es hablar de libertad", es elegir y deponer a quienes traicionen los programas para los que fueron electos, es el libre a acceso a la educación y a la protección del estado de derecho. 
"República es hablar de igualdad" de todos sin excepción ante la Ley. Es crear un marco social de protección que acoja a los más desventurados hasta conseguir su plena integración e igualdad con los demás. Hablar de "República es hacer realidad la fraternidad y el humanismo", es sustituir la cruel competencia por la cooperación.
¿Cómo tan nobles principios no terminan de calar en nuestra sociedad y la empujan hacia las deseadas metas de justicia y solidaridad que necesitamos para sobrevivir como pueblo soberano?
Amigos, compañeros necesitamos ser un partido político con presencia en las calles, entre los ciudadanos, nutriéndonos de sus aspiraciones, siendo su voz y su conciencia y necesitamos presencia en las instituciones no para juramentarnos en reformarlas y que pervivan sino para luchar desde dentro también para superarlas. Necesitamos que en el congreso y en las autonomías haya una voz clara y honesta que diga “no así, sí a la Republica...” Debatamos, divulguemos nuestros principios, comportémonos como honestos ciudadanos, perdamos los miedos y seremos el fermento del partido que la sociedad necesita para avanzar, para lograr la libertad, la igualdad y la fraternidad para todos.
Salud y República

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