Muchos niños se inician en el estudio de la música como lenguaje y aprendizaje de un instrumento a través de las escuelas que tienen las bandas en los pueblos o de orquestas que nacen de iniciativa emprendedoras para dar a conocer este arte, que según dicen serena a las fieras, ¡benditas ellas!, o bien porque sus padres, de acuerdo con su economía brillante o sacrificada contratan con profesores que los inician en este maravilloso mundo de la armonía.
Ahora bien, cuando quieren consolidar esa vocación inicial y encauzarla a través de una formación reglada, esto es los Conservatorios, se tropieza con una serie de dificultades que, desgraciadamente, a muchos les lleva a abandonar. Veamos:
- Tienen que superar, dada su corta edad un arduo y complicado éxamen de acceso para acceder a plazas limitadísimas
- Tienen que aprobar los seis cursos de la enseñanza profesional que les obliga a estudiar, asistir a clases y a practicar diariamente varias horas con el instrumento elegido.
- Todo ello lo tiene que compaginar con los estudios académicos de la ESO y el Bachiller con sus clases, trabajos exámenes, etc.
- Qué duda cabe que estos chavales para llevar la música profesional y la educación académica reglada tienen más que redoblar el esfuerzo intelectual y sacrificar el tiempo de actividades lúdicas y de descanso que otros adolescentes.
Por lo que las Autoridades Académicas deberían pensar y crear un sistema donde las enseñanzas de la música profesional y de la educación académica estuvieran integradas para facilitar la formación y la preparación de nuestros futuros músicos, estando en este campo muy lejos con respecto a países de nuestro entorno europeo donde brillan por haber solucionado este tema de una forma más satisfactoria que aquí. Sinceramente La formación de los músicos debería ser abordada cuánto antes y puesta en el mismo rumbo que los países a los que me he referido.
Mientras tanto no estaría de más algunas medidas que alivien este panorama:
-Mayor reconocimiento académico, social y profesional de los docentes de todos los Conservatorios y centros musicales.
- Resolver la contradicción que se da en el ámbito de la ESO donde los chavales del Conservatorio vuelven a tener la asignatura de música pero a un nivel tan elemental con relación a los conocimientos que ya tienen que les supone una pérdida de tiempo y donde además el sistema les convalida ¡oh contradicción! la música aprobada en el conservatorio por otras asignaturas complementarias que no la música, donde están perdiendo el tiempo y aburriéndose y estas complementarias bien puden contribuir a su formación humana.
Hola Salva.
ResponderEliminarTe felicito por tu reflexión que me parece muy acertada.
Añadiría yo que en ciertos aspectos, sobre todo en los culturales, parece que nuestro país siga inmerso en los oscuros años 40.
En esta sociedad que estamos construyendo en la que el esfuerzo cada vez se valora menos y en la que sólo buscamos los resultados a corto plazo, a cualquier padre que esté dispuesto a "sacrificar" su tiempo y parte de sus ingresos en que su hijo reciba una educación específica y profesional, sea musical o de cualquier otro ámbito, se les mira con un cierto recelo que sólo puede estar alimentado por la ignorancia y, por qué no decirlo, la vaguería.
Un abrazo.
Jose.