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¿Socialdemocracia, Partido Popular o Izquierda Transformadora?

Desde la "instalación" de la democracia en su forma política de monarquía, a cuyo frente está la persona designada en sus día por el dictador más sangriento de la historia moderna de España, la “socialdemocracia made in Spain” ha obtenido de la confianza depositada por los ciudadanos (en su inmensa mayoría trabajadores y una parte importante de las clases medias), el gobierno del Estado en dos periodos y con dos presidentes, los señores González y Rodríguez.

Él primero con su engaño OTAN, con la reconversión salvaje, con sus políticas de manos llenas para la Iglesia, con la corrupción política que le envolvió, con el vaciamiento paulatino del contenido de los derechos favorables a los trabajadores... les abrió las puerta de par en par la recién bautizada y franquista AP como PP, eso sí ya convertidos en “demócratas” cristianos y liberales, a cuyo frente estaba el atlantista y proyanqui Aznar como líder político. El "buen" señor que nos metió en la guerra de Irak con las grandes mentiras fabricadas en Wasington y que él asumió como verdades absolutas.
El segundo, Rodríguez Zapatero, pese a la experiencia conocida de su antecesor en sede política y de gobierno, y a pesar de sus promesas de que jamás desmontaría o procedería contra el estado de bienestar, vuelve a cometer las mismas dejaciones, abandonando a su electorado natural al no salirse ni un ápice, ni una coma del guión que le han marcado los políticos de la derecha mundial: los Obama, Merkel, Sarkozy..., los cuáles, a su vez, le han gratificado encumbrándolo a la “jet” del G8, G20 y demás “G”...y ha aplicado sin temblarle la mano y con sangre fría el plan económico que le han impuesto el FMI y el ECOFIN, con las bendiciones y apoyos de banqueros y capitalistas, intentando comprar la estima y el cariño de las Agencias de Calificación, verdaderos guías “espirituales” del capitalismo mundial, sin importarle el coste político, económico y social que supone para la clases trabajadoras en lo inmediato y a medio plazo el que tendrá que soportar este país en el largo camino de la “recuperación” frente a la crisis. Crisis con la que nos obsequiaron los especuladores y banqueros, sin que pese a toda la “ciencia” económica de la que presumen las citadas Agencias, fuera prevista y convenientemente corregida por los que hoy se aplican en su resolución a costa de los que menos tienen.
En el primer periodo político en el que nos gobernó la socialdemocracia, y como consecuencia de sus políticas antisociales, los trabajadores y las clases populares quedamos a merced del auténtico y por antonomasia brazo político de los capitalistas, de la derecha, el PP, consagrado como única alternativa al mal gobierno precedente. La desilusión y el desengaño hicieron su papel.

En la actualidad, todo apunta a resultados y comportamientos similares: por la consagración del bipartidismo y la ausencia de alternativas políticas que desde la izquierda transformadora enderecen, en beneficio de la mayoría social, esta situación tan desfavorable a las clases populares.

¿Seremos capaces los trabajadores esta vez de reaccionar en los casi dos años que nos queda de mal y sufrido gobierno y de construir nuestra propia alternativa? ¿Pondremos en marcha la Izquierda transformadora y nos olvidaremos de los dos agentes del gran capital, los socialdemócratas y los populares, a la hora de elegir nuevo parlamento, dando el corte de mangas oportuno a la mentira del voto útil del que sólo se acuerdan cuando el apuro le ahoga? ¿Evitaremos con nuestra lucidez y compromiso en la lucha política el engaño de posibilistas y partidarios del bipartidismo? ¿Conseguiremos reforzar lo que nos une y nos hace fuertes dejando de lado las pequeñas diferencias y opiniones que atentan contra la unidad de la Izquierda, centrándonos en la idea y la necesidad de transformar este país? Ese es verdadero sentido del voto que sí es útil. He ahí nuestro reto. De no hacerlo, el PP, con Rajoy o sin él, culminará el trabajo a medias de los socialiberales, acabará con toda esperanza de democracia económica, justicia y solidaridad.