Aquellos
partidos que dicen en su ideario una cosa y cuando tienen el poder
hacen lo contrario, tienden a perder la credibilidad política, la
gente los abandona, pierden la ilusión y la confianza en ellos
porque lo que ofrecen saben que no lo harán y van convirtiéndose en
residuales: un ejemplo el Partido Socialista Italiano que ha dado a
lo largo de sus historia primeros ministros y presidentes a la
República Italiana, hoy prácticamente desaparecido, o nuestro PCE
(aunque su caso no se deba al mal gobierno o al choriceo de los
otros, sino más bien a los bandazos ideológicos que ha ido dando,
al desconcierto que le ha supuesto el derrumbe del llamado bloque
socialista tras la caída del muro de Berlín y a la falta de coraje
revolucionario..., hoy desaparecido políticamente y sobreviviendo
refugiado en las siglas de IU, sin mensaje y sin voz propia, a lo
sumo si la tienen será en las catacumbas para que no nos “enteremos”
o “asustemos” los que no tenemos la condición de “cofrades”.
Sinceramente, camaradas del PCE, se les hecha en falta.
¡Ay!
¿y el PSOE? Éstos si que necesitan con urgencia un
anti-Suresnes, que les devuelva al socialismo, al republicanismo
histórico, al marxismo adaptado a la actual fase del capitalismo
global, a entender que se debe gobernar de acuerdo con los programas
aprobados por los electores y no por la voluntad titubeante del
“divino” líder de turno. Sus dirigentes ya no convencen y el
mejor servicio que pueden hacer a las bases socialistas (sin dudad
quedan socialistas de base) es retirarse y dejar paso a gente que se
crea lo del socialismo y sobre todo despedir a toda la cuadrilla
dirigente enriquecida con la política (muchos jamás trabajaron por
cuenta ajena, no saben lo que es ponerse un mono, ensuciarse las
manos de grasa o acudir a una oficina donde un despótico jefe te
putee, duermen con el traje y la corbata puesta, son tan fácilmente
corruptibles , pero sobre todo insensibles a la situación por la
que está pasando el pueblo, solo con la explicación fácil de la
culpa es de la crisis (cuando fueron los primeros en negarla) y de
los actuales gobernantes de la derecha dura y rancia que les han
sucedido en la gobernanza (bien que les prepararon el camino)
Las
elecciones últimas generales y autonómicas les han dando la
espalda, su electorado se queda en casa decepcionado, en algunas
comunidades, sobreviven políticamente por el compromiso, por otra
parte nada claro, con IU (léase Andalucía), y en otras se mueren
por pactar con dicha fuerza para desalojar al PP (Extremadura).
Un
PCE y un PSOE republicanos, socialistas, (probablemente estoy
pidiendo peras al olmo), federalistas, aliados con los diferentes
grupos de izquierda alternativa rojiverde, los sindicatos
des-burocratizados (¿?) y los nuevos republicanos que van
resurgiendo por toda la península, sería la política que volvería
a movilizar a los trabajadores y pararía a los neo-franquistas,
además de finiquitar para siempre una institución tan anacrónica
como la monarquía de borbón-franco.
Probablemente,
con estas ideas esbozadas, después de releerlas creo que me muevo
entre la utopía y un sueño bello. Pero ciertamente la utopía deja
de serlo cuando un pueblo se arremanga, deja de lado sus temores,
despeja sus dudas y se pone a construir una nueva sociedad.
¿Será
el caso de nuestro pueblo?
Salud,
memoria y república..
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