Con
los escándalos (supuestos de momento y hasta que no se sentencie)
que parece que la conocida juez estrella de Sevilla está destapando
y que además de afectar (siempre según el sumario que está
protagonizando como investigadora) a políticos destacados de la
Junta de Andalucia y que también salpican a los sindicatos,
especialmente a la UGT, empieza extenderse un clima cada vez más reacio al sindicalismo en nuestro país. Repito, nos movemos en el panorama de los
supuestos, por lo que no quiero que se entienda esta opinión como un
ataque a la UGT o a los sindicatos en general.
De los
políticos en este país “reconstruido” sobre una monarquía
diseñada por los franquistas y consentida y abrazada por los que en
teoría eran partidos de izquierda (y por ende con raíces
pro-republicanas como el PSOE y el PCE) hemos y tenido de todo:
honestos con “matices” y otros demasiados deshonestos. Lo de los
matices lo digo porque si fueran realmente honestos hubieran
denunciado desde el primer momento la corrupción que afecta desde
la más alta magistratura hasta el aguacil del pueblecillo más
escondido de nuestra geografía si se tienen conocimiento de estar
afectados por tan miserable y extendido mal que hunde y desespera a
la sociedad.
Quiero
romper una lanza, independientemente de la afectación de algunos
sindicalistas a nivel personal u organizativo en los abusos que se
investigan, de respeto a la idea de la sindicación.
Quiero
reivindicar, entre otras cosas porque tuve un pasado sindicalista y
jamás estuve en ningún aprovechamiento o beneficio personal ni lo
hubiera consentido de mis compañeros de sección sindical, el
importante papel de la organización obrera en obtener para el
conjunto de los trabajadores conquistas sociales tan importantes,
como el derecho de reunión, de organización, de la jornada laboral
de 40 horas, de negociación colectiva, de seguridad e higiene en
el trabajo, de huelga, de negociación colectiva, de conquista de la
seguridad social, del derecho laboral... Pues, sin la presencia de
los sindicatos nada de esto hubiera sido posible. Que nadie lo dude.
Otra
cosa bien distinta es que en los últimos años los sindicatos se
han ido vaciando de militancia obrera y ocupando las jerarquías
burocráticas que se han ido desarrollando papeles que correspondían
a las bases, a las asambleas, a las secciones sindicales..., pero en
ello todos los trabajadores tenemos una responsabilidad por la
dejación y abandono que hemos hecho unas veces conscientes otras
menos al dejarnos embriagar por los cantos de sirena del capital y
del hiperconsumo.
El
papel del sindicato es fundamental mientras exista el capitalismo y
la apropiación exagerada e indebida de las plusvalías del trabajo
por parte de capitalistas enormemente miserables y explotadores con
respecto a los empleados en cualquiera de las diversas actividades de
producción de bienes o servicios. Si esto lo entendemos y lo
volvemos a retomar los trabajadores los sindicatos serán las
organizaciones que necesitamos para progresar en derechos y
conquistas sociales, sino las burocracias que suplen nuestra falta de
militancia llegarán a negociaciones y acciones en las que todos los
que dependemos de un salario perderemos y pueden confirmarse
situaciones tan perversas como las que apunta la juez en Sevilla.
Por
otra parte es curioso y llamativo la publicidad que se da a las
acciones presuntamente delictivas de algunos dirigentes sindicales
y lo poco o de pasada que se habla/difunde por los medios de
comunicación cuando se trata de empresarios como el antiguo número
uno de la patronal o de los abusos en el pago de horas y cuotas a
la seguridad social por parte de uno de los actuales vicepresidentes
de la citada entidad empresarial
Ciudadanos
si la acción política y militante con honestidad es necesaria
para llegar a la República como la mejor forma posible de gobierno y
de resolución de los problemas derivados de la convivencia nacional,
es también absolutamente necesaria en el mundo laboral la acción
sindical de los trabajadores para ampliar sus conquistas económicas,
laborales y de seguridad en el trabajo, siendo además el sindicato
una escuela de compañerismo y formación de donde pueden brotar
honestos liderazgos sociales necesarios e imprescindibles para la
construcción de la justicia social y de la convivencia.
Salud
y República
Los sindicatos son imprescindibles para luchar por los derechos de los trabajadores, es necesario reforzarlos, pero no con subvenciones desde el poder, sino con militancia obrera que tenga como principal objetivo esa lucha por los derechos. Es algo que no está ocurriendo lo cual subordina en grado máximo al poder, convirtiéndolos en dóciles organizaciones que sirven más de freno que de empuje.
ResponderEliminarPor supuesto que los medios de manipulación masiva van a agrandar las presuntas corrupciones de cualquier sindicalista y van a pasar muy de perfil por la de cualquier otro presunto delincuente de traje y corbata, a estos siempre se les presupone la inocencia. Como siempre certero, amigo Salva. SyR
Totalmente de acuerdo Paco. Pero para controlar a esas burocracias que se crean y que a su vez crean status o roles en beneficio propio de sus "líderes" en su dependencia del poder político de turno es absolutamente necesario que los trabajadores controlen las organizaciones sindicales y que éstas estén llenas de miles de los mismos, moviendo y luchando. Hay que despojarse del engaño de la "clase media", trabajador es el informático, el enfermero, el auxiliar, el médico y el peón... mientras eso no se entienda los sindicatos irán languideciendo y con ello la lucha por una sociedad mas justa y mas solidaria. Sin sindicatos, como sin partidos republicanos y democráticos no habrá cambio social y se perpetuará la monarquía diseñad por un general golpista. SyR.
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