2013, UN AÑO
HORRIBLE.
Nos despedimos de un año
horrible, un año donde el PP ha consumido su segundo de mandato
pleno de mentiras y de escándalos.
Un año horrible para los
trabajadores por la tragedia del desempleo cuyo incremento no
parece tener fin. Un año horrible porque los salarios siguen a la
baja sin que ello estimule a la patronal a crear empleo. Un año
horrible para los desempleados que pierden toda esperanza de reencontrarse con un puesto de trabajo acorde a sus esfuerzos y
necesidades.
Un año horrible para la
educación pública de nuestros jóvenes con la aprobación en el parlamento del "rey" de la ley Wert que dificultará las ansias de
cultura de los hijos de las clases populares mientras favorece a los
hijos de los ricos a costa de los primeros. Un año horrible porque
el catecismo vence a libro, la intolerancia a la cordialidad y la paz
en las aulas. Un año horrible para nuestros maestros y profesores de
la pública a los que se les exige esfuerzos, sin compensación y sin
libertad para educar.
Un año horrible para la
sanidad pública donde los gobiernos de las autonomías prosiguen la
privatización de la misma, favoreciendo a empresarios que ante el
fracaso del ladrillo apuestan por la sanidad como el negocio del
siglo. Menos médico, menos personal, menos atención y más colas de
espera.
Un año horrible para la
convivencia democrática entre españoles donde las diferencias
sociales aumentan a velocidad de crucero y las diferencias políticas
se consolidan a través de unos parlamentos dominados por el
bipartidismo de turno que burla la más genuina democracia.
Un año horrible para la
mujer, para más del 50% de la población por el cruel y persistente
machismo de la otra parte de la sociedad. Un año horrible donde el
ministro “progre” del PP apuñala la libertad de la mujer a
disponer de su cuerpo con una ley anti-aborto , la más retrograda de
Europa.
Un año horrible porque
sigue la justicia en paradero desconocido, ausente para la mayoría
de los españoles y donde los fiscales se re-convierten en defensores
de los que a sospechas fundadas de los pocos jueces que se atreven a
avanzar por ese camino de la clarificación y enjuiciamiento del
delito son autores de cohechos, prevaricaciones, desfalcos y abusos
mil.
Un año horrible porque
los sindicatos mayoritarios carecen de iniciativas para reconducir,
fortalecer y animar a los trabajadores que dicen representar a las
luchas necesarias ante los abusos de la patronal, del gobierno, del
FMI. Y para más inri algunos sindicalistas aparecen con indicios de
abusos delictivos que jamás deberían darse en el mundo de la
sindicación. Un año horrible porque la clase trabajadora hace
dejación de la lucha obrera en pos de sus derechos recortados.
Un año horrible porque la
Araña Negra, la Iglesia Católica, sigue tejiendo los hilos que
atrapan y ahogan las libertades laicas y progresistas tan necesarias
para despegar como sociedad.
Un año horrible porque la
monarquía, tocada por la corrupción y el abuso nos amenaza, con el
apoyo del PP y del PSOE en perpetuarse, en menoscabo de nuestros
deseos de libertad, igualdad y fraternidad.
Un año que termina en
breve, pero que no permite ver una luz esperanzadora para él que
dentro de unos días nace rodeado de los peores augurios, salvo que
nos decidamos a ser ciudadanos libres y dueños de nuestros destinos.
Salud y República.
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