Desde
los medios de difusión del poder reinante en este país ( cacareada
séptima potencia europea) nos transmiten que la ciudadanía está
cansada de acudir "tantas" veces a votar y de paso condenan
y culpabilizan a quienes se mantiene en un NO al peor presidente de
la historia reciente.
Los
demócratas no debemos, si somos demócratas, alegar cansancio por
el ejercicio más representativo de la democracia: el voto y la
posibilidad de elegir, controlar e impedir que los políticos electos
se conviertan en casta intocable y libres de convertirse en parásitos
y corruptos.
Lo
que debemos quejarnos los demócratas, si somos demócratas, es de
que los partidos nos presenten siempre a los mismos "políticos"
y lo peor que sus programas son más de lo mismo: miseria y
precariedad para los más (clases trabajadoras y clases medias en
vías de extinción) y prosperidad y ventajas para aristócratas,
banqueros y especuladores de todas las raleas. . Ahí está el
problema y esa debe ser nuestra queja, nuestro cansancio y nuestra
repulsa. Hacia los partidos de un régimen incapaz de garantizar un
futuro digno para la mayoría social del país.
La
monarquía no es el mejor de los sistemas posible, más bien un
recurso político anticuado, caro y discriminatorio... en definitiva
una burla a la igualdad ante la ley de todas y todos. ¿Cómo un rey
se puede gastar 32.000 euros/semana en alquilar un yate para
disfrutar de las vacaciones en un país de más de dos millones de
ciudadanos en el umbral de la pobreza? ¿Cómo un político mentiros
puede ser propuesto para un alto cargo con una remuneración de mas
de 200.000 €? ¿Por qué la mayor secta de la historia puede
recibir más de 11.000 millones de euros desde el estado? ¿Por qué
las mujeres del país siguen siendo ciudadanas de segunda y sus vidas
valen menos que las de los hombres?. ¿Por qué...? Hay tantos "por
qué" que des-legitiman la monarquía española como forma de
organizar al estado que llenaríamos folios y folios... hasta llegar
a agotarnos.
Así
cuando hablan del cansancio ciudadano están induciéndonos y
manipulándonos para que no nos hagamos planteamientos que puedan
poner en peligro ese "quiosco" político obsceno en el que
nos tienen metidos y con sus leyes mordazas y demás herramientas,
unas propagandísticas y otras claramente represivas, lo mantienen.
Votar
o no votar, acudir tantas veces como sea necesario al ejercito del
voto no son nuestros problemas. El problema son los partidos del
"establishment" y sus programas de conservación del
sistema que nos niega el pan y la sal.
Salud
y República.
(salvaartacho.blogspot.com.es)
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