Desde
la actual “constitución”,
por llamarla de alguna manera, nada
se puede hacer, a nada
se puede llegar, está como decía el sanguinario dictador “todo
atado y bien atado”.
El primer objetivo de los republicanos no puede ser un referéndum,
sino RESTABLECER
la legalidad y luego si hay ciudadanos con quórum suficiente para
un referéndum se verá... pero partir de un referéndum con los
actuales políticos en el poder es como jugar al póker con cartas
marcadas... Por eso yo nunca pido un referéndum, es lo mas maleable
que se da en la política burguesa y clasista.
Además,
LA LUCHA POR LA REPÚBLICA (libertad, legalidad, fraternidad,
justicia, solidaridad) no puede
separarse de lucha contra el injusto capitalismo que
domina y esclaviza a toda la población.
De
esta crisis política, económica y social hemos de salir
sacudiéndonos de encima a esta clase dominante, cuya virtud
principal es la explotación sobre las clases trabajadoras y la
monarquía impuesta, corrupta tocada cada día por un nuevo
escándalo que es la sábana que tapa su horrorosa desnudez.
LA
REPUBLICA ES LIBERTAD. La
libertad no es una carta que se concede graciosamente por el gobierno
de turno que sostiene una sociedad injusta, es el resultado
de lucha cívica, sindical, política, cultural... de un pueblo por
la misma.
ESA
LUCHA POR EL CAMBIO DE SOCIEDAD
no tiene por que ser el fruto de desencadenar
violencias ni
asaltos a palacios de invierno,
tiene que ser el resultado de la convicción
y la organización de
la mayoría de ciudadanos progresistas, de todos los que renuncien
a ser súbditos para alcanzar la condición de ciudadanos. Y todo a
pesar de que hasta hora hemos sufrido la violencia del
sistema cuando se tira
caprichosamente a trabajadores a la calle y no pueden
alimentar a sus familias o se les arrebata sus hogares; cuando los
estudiantes reclaman mejores condiciones y son aporreados,
heridos, pisoteados, detenidos; cuando llegan inmigrantes en
pateras, después de jugarse la vida, huyendo de la pobreza y miseria
de sus países de origen y son devueltos por la fuerza; cuando una
mujer es maltratada por el machismo tan fuerte que hay en el
país y los demás miramos hacia otro lado; cuando nuestros soldados
están pegando tiros en Afganistán obedeciendo órdenes del
imperialismo; cuando hay hambre y no se puede satisfacer...
Esa
es la violencia que hay que erradicar con la llegada de la III República.
Pero
sobre todo, la República
será cuando los
republicanos tengamos
nuestras propias organizaciones,
nuestros medios de
difusión de ideas, nuestros ateneos y locales abiertos y atractivos
a nuestro pueblo y seamos
capaces de entendernos y pactar los objetivos comunes con
la Izquierda Política
en general. De ese entendimiento
dependerá que tengamos una república social y avanzada o una
república burguesa.
No
obstante, algunos republicanos y fuerzas de la izquierda
extra-parlamentaria reivindican la figura del Frente
Popular. Yo mismo
lo he hecho en alguno de mis comentarios o artículos. Pero
probablemente este sea un error que
en vez de sumar nos reste.
Un
frente es para defender conquistas que peligran, como en 1936 se
constituyó por todos los republicanos liberales, progresistas y la
izquierda, comunistas, socialistas y libertarios. Tenía un sentido
y una razón de ser:
Era
legítima defensa de la República Social puesta en peligro
sus conquistas sociales por la derecha republicana (Lerroux), por la
CEDA (derecha católica, latifundista y caciquil), por el fascismo
organizado (la Falange) y por la mano negra de la Iglesia moviendo
los hilos contra-revolucionarios.
HOY
lo que queremos es AVANZAR y RECUPERAR la República, LLEGAR a la III República, para lo que hay que sumar,
concertar, atraer
a los ciudadanos, a los republicanos, a los socialistas de izquierda,
a los comunistas, a los federalistas, a los libertarios, en
definitiva a nuestro pueblo a un gran pacto, a la unidad de
lucha política más amplia posible.
Si
no lo hacemos, la derecha nos ganará la
partida, porque el rey va a caer, es cuestión de tiempo, más
bien corto, la crisis económica, social, humanitaria que sufre nuestro pueblo sin indicadores de solución, la corrupción, los escándalos que transcienden todos
los días y los tejemanejes en los que se ha movido para acumular
una de las fortunas más grandes del mundo (según ese prontuario de
los ricos conocido como Forbes) la convierten, a la monarquía en
una máquina a sustituir, en algo perecedero a la vuelta de la
esquina, a medio plazo. La derecha, pues, también trabaja y se
mueve en torno a la república, claro
que su idea y la nuestra
son bastante diferentes, antagónicas.
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