domingo, 11 de agosto de 2013

salva opina (11/08/13)



POR UNA TRANSICION SIN VIOLENCIA.

La palabra República cada vez suena más entre nuestros conciudadanos, cada ves son más los que empieza a despreciar como algo del pasado y totalmente injusto la monarquía. Somos muchos los republicanos, unos conscientes y con la voz alta, otros todavía en proceso de levantar la voz y mostrar públicamente su ideario social e igualitario, somos una marea que va en caminos de convertirse en tsunamy que arrase las ideas arcaicas y feudales.
Algunos no se atreven a proclamar su condición republicana porque les asalta el temor y la duda de si esta toma de posición política lleva acarreada dosis insufribles de violencia, les sobreviene el miedo incrustado desde el poder a lo largo de más 70 años por los enemigos de la libertad, la igualdad, la fraternidad, la legalidad...
Es hora de aclarar y dar confianza a los ciudadanos que República no connota violencia, sino más bien lo contrario.
La transición hacia la III República debe y puede ser pacífica y ordenada; siempre he odiado ( y conozco a mucha gente que piensa así) la violencia fría y calculada, nos hace dejar de ser personas racionales, nos rebaja nuestra condición humana, amputa parte de nuestros valores cívicos...
Pero en la sociedad hay dos partes: una minoritaria que lo tiene todo: poder, riqueza, medios para defenderse de los que no tienen nada (la policía con sus porras, gases lacrimógenos y balas unas veces de goma otras de metal mortal), son como imagináis los ricos y poderosos, los banqueros y los obispos, los reyes y los duques mangantes...
Hay otra parte mayoritaria que cada día tiene menos poder adquisitivo y menos derechos; viven unos vendiendo su fuerza de trabajo que mal pagan los empresarios sin escrúpulos, pero cada jornada que pasa son más pobres, porque todos lo días hay ERES inesperados e inexplicables, cierres arbitrarios de empresas, ricos que se fugan con la pasta acumulada a otros lugares más seguros; hay trabajadores autónomos y pequeños comerciantes y pequeños empresarios que se ven abocados al cierre por la cruel competencia y las condiciones leoninas de los fuertes... con lo que número de pobres aumenta, y no por voluntad o gusto de los mismos.
Hay violencia cuando se tira a trabajadores en la calle y no pueden alimentar a sus familias; hay violencia cundo los pequeños emprendedores tienen que bajar la persiana del negocio en que pusieron tanto empeño; hay violencia cuando los estudiantes reclaman mejores condiciones y son aporreados, heridos, pisoteados, detenidos; hay violencia cuando llegan inmigrantes en pateras, después de jugarse la vida, huyendo de la pobreza y miseria de sus países de origen y son devueltos por la fuerza; hay violencia cuando una mujer es maltratada por el machismo tan fuerte que hay en el país y los demás miramos hacia otro lado; hay violencia cuando nuestros soldados están pegando tiros en Afganistán obedeciendo órdenes de extraños; hay violencia cuando hay hambre y no se puede satisfacer...
¡Hay violencia , tanta violencia, demasiada violencia y pocos o casi ningún Gandhi! Como para que nosotros vengamos a proponer más barbarie.
Ojalá, y es posible, en el paso de la monarquía desfasada que sufrimos a la República que queremos construir haya la menos violencia posible, algo así como en abril de 1931, porque el grito por la República sea el sentir mayoritario de la población. Pero ¿quién o quiénes pueden garantizar que será así?. Nos gustaría, a los más, lo deseamos pero no depende solo de nosotros la clase emergente compuesta por los que aspiramos a la condición de ciudadanos libres y soberanos. La violencia, solo puede venir de parte de la clase minoritaria que sentirá que va a perder su situación de privilegio y para eso tienen a sus maderos. Pero la policía y los soldados son también parte del pueblo, hijos de trabajadores por cuenta ajena, de autónomos, de pequeños empresarios, de campesinos ... En definitiva hijos de gentes sencillas que solo reclaman libertad, derechos políticos y sociales..., y ellos pueden decidir de que parte se ponen, y estoy por pensar que apuesten por evitar enfrentamientos innecesarios entre españoles, que apuesten por la libertad y la democracia, que apuesten por estar al lado de sus padres y hermanos.
El paso de la monarquía a la República no tiene, pues, que ser violento, solo tiene que ser sentido y apoyado mayoritariamente por la población civil y por ahí parece que va la historia.
Un abrazo solidario, republicano y laico.

2 comentarios:

  1. Veo muy dificil que sucediera de una forma tan democrática como la que expresas... pero seria deseable. Salud y República.

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  2. Sin duda será difícil, pero aun más difícil va a ser conseguir el acuerdo mayoritario de los que más sufren el sistema actual. Eso si me preocupa. Convencer a la ciudadanía de las ventajas de una república social, avanzada y progresista es el verdadero reto que tenemos a medio plazo, de esa fuerza se verá como se consigue. Yo he apuntado una, no soy infalible y puedo estar equivocado, pero lo más deseable es que sea sin violencia. Gracias por tu comentario. Salud y república.

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