ALGO NO ENCAJA
La cosa, el asunto
público, la cacareada crisis, el lío que no se deslía porque los
políticos profesionales no quieren desliarlo y los votantes les
votan una y otra vez para que sigan enmarañando y no nos den
soluciones, las que realmente necesitamos. En cierto modo somos
sospechosos y cooperadores necesarios para que todo siga a peor.
Porque, sencillamente,
no creemos en nosotros mismos, necesitamos quien haga las cosas por
nosotros, quien nos diga lo que tenemos que hacer y votar, que
curiosamente siempre es lo que más beneficia al capital y la clase
dominante en esta sociedad.
Y nosotros erre que erre.
Nos damos de tortazos y no escarmentamos, nos revolcamos en el lodo y
nos alimentamos de la miseria que nos dejan, nos conformamos con
salarios decrecientes y pensamos que tenemos una gran “suerte”
porque aunque nuestros amigos han perdido el trabajo, hayan agotado
el subsidio o el banco les haya robado su modesto hogar...,
Nosotros, siempre nosotros, tenemos un trabajo miserable, un hogar
que se cae la pintura, con unas puertas que chirrían, con nuestros
hijos en escuelas públicas deficientes y donde los libros ceden ante
el catecismo y aun podemos mal vestirnos comer y comprar la “marcas
blancas” que los “mercachinas” venden para mayor beneficio de
sus arcas a reventar de euros.
Ya no hay políticos como
antes, ahora hay sedientos de poseer escaños para tocar poder e
incrementar sus patrimonios con las peores artes. Ni nos
comprometemos como cuando luchábamos contra la dictadura y nuestros
sindicatos se vacían cada día de militantes desilusionados y los
líderes se van vendiendo al gran capital para mantener sus status,
sus trajes de marca, sus corbatas...
Ya hace tiempo que hemos
olvidado que si nadie trabaja por ti, nadie debe decidir por ti. Ya
hace tiempo que nos plegamos y nos conformamos con el circo de la
mala tv y con las palabras huecas y altisonantes de los curas. Ya
hace tiempo que nos dejamos hacer de todo.
Que inventen otros, que
piensen otros, que luchen otros... y así nos va y nos luce... y
ponemos resignados nuestra piedra en el camino que podría conducirnos
a libertad.
Porque haya un puñado
intelectuales que clamen en este desierto por la República, es una
buena noticia pero no es motor suficiente para movernos y hacerla
realidad. Sin un movimiento ciudadano progresista y un movimiento
obrero que renazca de sus cenizas y que converjan nada de ello va ser
posible, lo más un sueño bonito con el que soñamos algunos que nos
sentimos incómodos con el calamitoso estado de cosas pero que no
sabemos o no queremos organizar el cambio.
Y así una vez más
volvemos y giramos entorno a nuestro mayor de los males “que
inventen otros, que piensen otros, que luchen otros...”
La República
democrática, federal, laica, social no va a venir sola por mucha
descomposición y podredumbre del actual sistema político reinante.
Sino convergemos los ciudadanos sedientos de libertad y de justicia,
los corruptos de ahora se apoderarán de la idea, la pervertirán
como todo lo que tocan y nos darán “república” a la francesa,
a la italiana o a la norteamericana.
Unidad de los ciudadanos,
unidad del movimiento obrero, unidad de y con los que más sufren y
otros vientos y otros resultados favorables serán.
La libertad, la
fraternidad y la legalidad son posibles ¿pero estamos seriamente
por ellas?
Salud y República.
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