La ultraderecha se querella contra el Sr. Garzón
Me quedado tieso cuando he oído en las noticias de la caja tonta que el Tribunal Supremo ha admitido a trámite una querella contra el Juez Sr. Garzón. No es una más de las varias que a este magistrado de la Audiencia Nacional le han tocado en suerte. Es especial por venir de donde viene: el querellante es el partido ultraderechista Falange Española.
Si la memoria no me falla, Falange es un partido fascista fundado en los años treinta por el hijo del dictador Primo de Rivera, ¡cuántos dictadores en nuestra historia reciente! y como tal sirvió de soporte ideológico y paramilitar a los golpistas que se le levantaron contra la República Española y en la posterior dictadura nutrió el aparato administrativo, político y judicial de la misma en todos los niveles. Es, por tanto, desde su origen un partido antidemocrático y supercontaminado por sus tristes y dolorosas hazañas contra el pueblo español.
Es verdad que en la democracia política y formal caben todas las opiniones y organizaciones cívicas que utilicen sólo y exclusivamente los medios democráticos y legales para su actuación. Pero este partido que se reclama continuador del fundado por el fascista Primo de Rivera, que se vanagloria de su pasado con la dictadura, por mucho que lo mires y te esfuerces, no tiene un verdadero encaje el el entramado político democrático, salvo que los poderes fácticos españoles les interese que esté ahí por y para...
En los crímenes, crímenes contra la humanidad y por lo tanto no prescriben, que el Juez Garzón pretendía investigar ellos tienen el papel más destacado y siniestro imaginable, de ahí su interés en silenciarlo.
Ahora bien, lo que resulta inesplicable y creador de gran zozobra e indignación es que un Poder democrático y que emana del pueblo como es la Justicia, admita esa querella que pretende silenciar a uno de sus miembros más activos, o quizás con las prisas de la "cacareada y ejemplar" transición democrática española de la dictadura a la monarquía "democrática" actual, no se resolvió bien ni el encaje de dicho Poder, ni las condiciones, ni la formación, ni la independencia de los llamados jueces, por lo menos a mí, al ver estas barbaridades, me asaltan grandes dudas.
A esta "democracía", más que asignaturas pendientes, le falta toda la licencuatura de cultura democrática (de la de verdad, no de la otra...). Excelente reflexión, Salva.
ResponderEliminarMe la llevo a Cualquera Vale... ,-)