Solidarios con Haití
Las desgracias naturales siempre se ceban en los más desprotegidos y pobres de la tierra, esta vez lo ha hecho en el pueblo de Haití, el más pobre entre los pobres de América y casi del mundo. Se unen en un abrazo mortal sobre los haitianos la naturaleza enfurecida, desbordada y la triste historia política y social de este pueblo, antaño el primero de América que se sacudió del yugo colonial francés en concordancia con los principios de libertad, igualdad y fraternidad de la Gran Revolución que surgió en el corazón de la metrópolis. Un pueblo valiente al que no le acompañó la suerte y la bonanza: a una economía agraria insuficiente para alimentarles, se suman una burguesía egoísta y dependiente del exterior, sin visión y enemiga de su propio pueblo, además de un dictador tras otro, los Duvalier de turno, con continuos golpes militares.., todo ello ha contribuido a esquilmar y herir de muerte un futuro que parecía prometedor.
El horror de este tremendo terremoto sufrido les ha dado la puntilla: las escasas infraestructuras destruidas, sin hospitales, sin alimentos, sin administración que organice y coordine la sociedad y las medidas necesarias para hacer frente a tanta desgracia; ni siquiera pueden enterrar a sus muertos.
Parece que la solidaridad internacional tan necesaria se está volcando, que los países del mundo están aportando su esfuerzo en auxiliarles. Ojalá no se interrumpa y bajo la dirección de la Naciones Unidas de tanta destrucción nazca una esperanza para los haitianos.Toda ayuda será poca para reconstruir este país, que vivirá muchos años con el amargo recuerdo de tanta muerte y desgracia. Mientras tanto, los EE.UU. de América están desembarcando un gran contingente militar, soldados armados como para ir al combate ¿por qué?, si lo que más necesitan son hospitales de campaña, agua y alimentos.
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