lunes, 31 de mayo de 2010

salva opina



Cada vez menos derechos laborales
El deber y el derecho al trabajo, la libertad de escoger una profesión, el derecho a la promoción laboral y a una remuneración suficiente para hacer frente a las necesidades personales y familiares , la no discriminación sexual y la promulgación de un Estatuto de los Trabajadores que lo recoja y garantice viene formulado en la Constitución de 1978.
Así vino a hacerse, más o menos, con la publicación en marzo de 1980 de esa ley conocida como Estatuto de los Trabajadores que recoge los derechos y deberes de los trabajadores, así como las obligaciones de los emprearios con los empleados por cuenta ajena.
De entonces acá, esa ley se ha venido modificando para "adaptarla" a las necesidades del llamado mercado, es decir, se ha venido vaciando de los contenidos más contundentes en la defensa de esos derechos para flexibilizar e introducir sucesivas modificaciones que relativizan y hacen más favorecedor el marco de las relaciones laborales a la parte empresarial.
Cada vez que se ha entrado en alguna situación crítica, tanto el gobierno de turno (sea socialista o de la de la rancia derecha) en connivencia con la patronal ha defendido con empeño que la salida a la situación pasaba por rebajar los derechos de los que vendemos en el mercado lo único que tenemos: nuestra fuerza de trabajo. Veamos:
- Reforma laboral del 84, donde se generalizaba la contratación temporal y se introducían mecanismos de flexibilidad en las condiciones de trabajo.
- Reforma de 1988, que pretendía imponer un Plan de Empleo Juvenil donde los llamados “contratos basura” eran el fuerte.
- “Decretazo” del 92: se rebajaba la duración y la cuantía del seguro de desempleo.
- Reforma laboral del 94: se legalizaron las ETT’s (empresas de trabajo temporal), el despido objetivo y los nuevos contratos basura.
- Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores. (Actualmente vigente con algunas modificaciones).
- Acuerdo Interconfederal de 1997 para la Estabilidad en el Empleo (AIEE). Sindicatos-Patronal.
- Reforma del tiempo parcial de 1998.
- Aumento de la cotización de los contratos temporales en 1999.
- Reforma laboral del 2001: se precarizan más algunos contratos (a tiempo parcial, de formación, inserción...), se extiende el despido objetivo, se aprueban nuevas rebajas de cotizaciones empresariales y se hace más dificil el acceso a la prestación por desempleo.
- Real Decreto Ley 5/2002, de 24 de mayo, de medidas urgentes para la reforma del sistema de protección por desempleo y mejora de la ocupabilidad: recortes en el acceso al subsidio agrario, supresión parcial de los salarios de tramitación...
Hoy vivimos una crisis económica del capitalismo impresionante donde no se aprecia el fondo, donde cada día se volatizan cientos de empleos y donde una vez más se decide que aquéllos que no la causaron sean los testaferros pagadores de la misma. De nuevo se imponen medidas impresionantes de recortes de inversión pública y del llamado estado del bienestar, y, además de facturar la parte más importante de ajuste a los funcionarios, empleados públicos y pensionistas, se pretende seguir vaciando el escaso contenido del derecho de los trabajadores con una reforma laboral imposible de acordar por la disparidad de objetivos de las partes. Y el gobierno amenaza con imponerla ante el imposible acuerdo empresarios-sindicatos. No en vano todos los gobiernos son el último baluarte, la defensa in extremis, de la clase dominante a la que sirven por encima de todo y de todos.

1 comentario:

  1. "Pues sí, estoy completamente de acuerdo contigo y más ahora que no paran de volatizarse los empleos sin derecho a nada. La reforma laboral, por llamarla de alguna manera, es la manera de asfixiar al pueblo para que no respire y no pueda aspirar a un futuro, por decir algo. Pues eso, una mierda." Silvia T.P. lo ha comentado en Facebook.

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