Nadie
está seguro de que al finalizar la jornada y al despedirse de los
compañeros hasta el día siguiente los vuelva a ver o a
encontrarse con ellos en la línea de producción, en la cadena o en
las estanterías del supermercado reponiendo las mercancías que los
consumidores se van a llevar tras pagar los euros abusivos con los
que el criterio especulador de la empresa los ha marcado. Todos
tenemos encima de nuestras cabezas un ERE posible y aterrador, cual
espada de Damocles...
El
empleo fijo era verde y se lo comió el pollino del gobierno (mis
disculpas a la noble clase animal de los pollinos por haberlos
comparado con el gobierno de España).
Cinco
millones de parados, otros tanto con el empleo en riesgo de perderlo
y 8 millones de pensionistas … y doce fiestas al año, casi todas
religiosas.... ¿como vamos a levantar a este país? De donde vamos a
sacar la productividad con la que saldar la deuda que nos han ido
creando?
Este
país nuestro, no tiene futuro, los jóvenes recién licenciados
huyen hacia Europa o América, se acabó con la investigación para
el desarrollo, se recortó la educación y se impuso de nuevo el
catecismo en la escuela, muchos desempleados apenas cualificados se
replantean emigrar a a América latina, pese a que cuando era al
revés los recibíamos enfurruñados, de malos modos, con insultos o
desprecios rayando en el racismo... ¿nos devolverán la misma
moneda? A muchos méritos no les faltan.
Un
país gobernado por los que colaboraron con todas sus fuerzas a
hundirlo (los banqueros y especuladores). Con un presidente que ha
mentido hasta el agotamiento para arrancar los votos de los indecisos
y los ciudadanos (perdón súbditos) más desconcienciados; un rey
que pide sacrificios a la población y se casca una vidorra de
cuento; un presidente de la patronal (ahora ex-presidente) de los
más chorizos que han existido y al parecer esta es una práctica
muy extendida entre la clase empresarial; unos políticos con las
manos y los bolsillos llenos de las comisiones y regalos a cambio de
las pocas concesiones que se entregan al sector correspondiente;
un país con aeropuertos sin aviones; con políticos que les toca
todos los años la lotería; un país donde los curas hacen lo que
les da la gana y pasan por encima de los ciudadanos y la “leyes”...
¡Un país de pena!
Como
de pena son los partidos políticos actuales que luchan por apoderarse del poder en
beneficio propio o por los sindicatos que olvidaron las luchas y la
organización de los obreros a cambio de pactos que nunca se cumplen
o tomar aperitivos o café con patronos y ministros que les aseguran
la soldada mensual de sus liberados...
Un
país que dejará de ser país de seguir esta carrera desenfrenada
hacia el abismo, un país donde solo seremos el solar donde los ricos
de otros países compraran las mejores casas y la nacionalidad a
precio de ganga y a lo mejor unos pocos tenemos las suerte de
convertirnos en chóferes, guardaespaldas, criados, limpiabotas o
jardineros... los demás ni se sabe que suerte correremos.
Claro,
salvo que nos rebelemos, que demos salida a nuestra rabia contenida,
que mandemos a reyes, banqueros, políticos corruptos empresarios
que no emprenden, especuladores y chorizos al carajo y tomemos el
país en nuestras manos cambiando el sistema actual por otro más
justo; ¡la República de los trabajadores de toda clase!
Pero
para esto todavía tenemos, al parecer, que tocar más fondo,
nuestra necedad no nos deja avanzar hacia un país y una sociedad más
justa, donde el empleo y la riqueza se reparta con justicia.
Hasta que los abusos generen la indignación necesaria para el puñetazo en la mesa, para gritar un BASTA que retumbase en escaños y tronos con ira, hasta ese momento no sabremos hacía donde vamos, pero cuesta abajo y sin frenos seguro. Somos nosotros quienes debemos decir basta, los culpables no lo harán por nosotros y como dices nuestra necedad nos lleva al abismo.
ResponderEliminarSalud, dignidad y República!!!
Cuando vamos tan cuesta abajo remontar se hace muy difícil, no imposible , pero exigirá un esfuerzo colectivo y generoso de todos los ciudadanos honestos para sacudirnos a los capitanes y grumetes culpables de este naufragio (la clase política actual). Yo siempre he pensado que si nadie trabaja por ti nadie debe decidir por ti y si quieres ser libre tienes que luchar para ganarte esa libertad. Si te la conceden como una gracia, como un regalo (la Transición) seguro que lleva gato encerrado. A la vista de los hechos está. Salud, memoria a y República.
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