Del
aparentemente inocente "laissez faire, laissez passer"
esgrimido por los liberales para justificar el capitalismo naciente
ante el viejo régimen feudal hace casi tres siglos hemos llegado
a la explotación y la miseria de la mayoría social por parte de
los neoliberales de hoy...
¡La
democracia formal es todo un camelo! Sino hay democracia económica,
social y política seguiremos en la senda de más miseria y
alienación social, a menos libros, a más hambre, a más guerras, a
menos sanidad, a mayor desesperación, a menos libertad...
Queremos
una democracia que vaya y resuelva lo problemas y las injusticias que
nos abaten desde la raíz de los mismos, una democracia directa,
controlada por el pueblo, un pueblo libre y culto, un pueblo de
iguales y solidarios.
Esa
democracia es incompatible con un encabezamiento de la monarquía.
Esta está basada en la desigualdad, en la primacía de una familia
que lo tiene todo por casi "derecho divino", en un
vestigio del sistema feudal.
Una
democracia politica exige el claro y definitivo control del pueblo
sobre sus administración política temporal, en la elección y
deposición de los defraudadores y malos gobernantes. Todos los cargos
del poder político, legislativo y judicial deben ser electos por el
pueblo, único soberano.
Una
democracia económica, que acabe con la explotación del capitalismo,
de los bancos, de los especuladores, de los empresarios usurpadores
de la plusvalía producto del trabajo de los trabajadores. La empresa
no puede ser coto y propiedad de un empresario o de un puñado de
accionistas, sino de sus trabajadores que cooperan en la producción
de bienes y servicios que la sociedad demanda.
Una
democracia social que garantice a todos el bienestar y las
oportunidades con los mismos derechos y obligaciones...
¿Es
esto la denominada "democracia española"?
Pues,
si presumimos de consecuentes, tenemos tarea por delante.
Salud
y República.
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