Frente
popular, dimisión del gobierno, supresión de la monarquía, proceso
constituyente...
Todo
eso eso esta muy bien, lo suscribo. Pero ¿estamos unidos los
republicanos y la izquierda política ( lo que sería un Frente
Popular) y preparados para que nuestra alternativa sea acogida por el
pueblo, la haga suya y la lleve adelante? Me acongoja en el caso de
unas elecciones anticipadas tras la dimisión del gobierno que se
hace inevitable por los escándalos que ya no pueden ocultar, con la
monarquía presente todavía y con una ley electoral que favorece el
bipartidismo, que pierdan “éstos” (méritos de sobra han hecho)
y ganen los “otros” (solo por despecho popular). Estaríamos en
mismo callejón con pequeñas variantes. Sigamos , pues, forzando la
dimisión del gobierno y la disolución de la monarquía, pero sobre
todo consigamos la unidad política necesaria, el compromiso para
transformar la sociedad acorde con las necesidades populares, para
abrir un verdadero proceso constituyente de la III República.
De
la unión nace la fuerza transformadora del pueblo, ella hace que
perdamos los miedos, que levantemos nuestros ánimos, que
produzcamos alternativas coherentes, que veamos a los oportunistas
para identificarlos, pero sobre todo hace que nuestra conciencia
colectiva aumente de tal manera que no haya barrera posible que la
contenga.
La
memoria nos trae el recuerdo histórico que cuando se proclamó la
II República, tras la descomposición del régimen monárquico y
a raíz de unas elecciones municipales ganadas por los partidos
republicanos y de izquierda, había previamente un gran pacto
republicano funcionando, con una alternativa republicana en
contraposición al viejo régimen. No era un frente popular, esto
vendría más tarde, pero era un pacto amplio que recogía las
ansias populares de libertad y de cambio político, que dio su fruto
con la victoria electoral municipal, con la huida del tirano, con un
proceso constituyente y con la puesta en marcha de la República.
Quizás
ahora nos exigimos mucho a nosotros mismos al ver como condición
previa la existencia de un frente popular, con lo que de lograrse
por supuesto estaría totalmente de acuerdo, pero por lo menos
deberíamos alcanzar “un pacto por la república o un pacto por la
libertad” previo, entre republicanos, izquierda (incluyendo al
sector de izquierda del PSOE que se siente republicano y dispuesto a
liberarse de la actual casta dirigente -¿por qué no?-) y ciudadanos
progresistas hartos el sistema actual. Este régimen esta
descompuesto, los partidos actuales llenos de corruptos y vividores y
en estas circunstancias no podemos ir a un proceso electoral sin más
porque no lograríamos la alternativa que necesitamos para
transformar esta sociedad y alcanzar la libertad por la que nos
inspiramos, deseamos, vivimos.
Necesitamos
un pacto por la libertad que abra un proceso constituyente, una
verdadera transición de la dictablanda monárquica a la República.
Después
sí que necesitaríamos un frente popular para mantener las
conquistas sociales que nos abre la llegada de la República, para
consolidarlas.
Salud,
memoria y República.
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