2.-LOS CIUDADANOS RESPONDIENDO ANTE LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES (2ª PARTE)
Vivimos
en un sociedad capitalista a la antigua usanza, sin iniciativas
propias, subordinados a la Troica, al FMI, al BCE...
a las llamadas directrices de la economía globalizada,
donde circulan los capitales libremente en la dirección que
creen que pueden sacar mayor dentellada mientras los trabajadores y
la sociedad en general sufren las peores restricciones y
contratiempos que no podían imaginar.
La
crisis nos ha afectado a los más débiles económicamente, es
decir a la mayoría social de la población, mientras vemos a los
banqueros, a los especuladores y los políticos nadando en la
abundancia mediante el aprovechamiento ilícito de los recursos del
Estado y de la corrupción.
Nos
quedamos sin trabajo, sin ayudas sociales, sin sanidad pública,
con mermas sangrantes en acceso a la educación, sin hogar,
desahuciados por el banco, más pobres cada día.
Vemos
a los banqueros salvados por el Estado (ellos que "graznaban menos estado y más empresa y mercado", cuando se les ha "ido" la mano en la contabilidad, bien que se acogen y acaparan los recursos del estado), más de 108.000
millones de euros en sus ayuda, mientras las pequeñas empresas,
los autónomos ven cerrado el grifo financiero y los ERES
nos atacan a todos los trabajadores.
A
la clase política no les preocupa nuestra suerte, ellos
están a lo suyo a salvar bancos, a enriquecerse con sueldos
millonarios y con la corrupción...
¿Qué
hacer?
Nos
han fallado los antiguos mecanismos de defensa, los sindicatos
hoy vacíos de militantes y con cúpulas burocratizadas y
predispuestas al pactismo. Todos sabemos que la gran mayoría de
pactos sociales no se han cumplido satisfactoriamente en lo
que respecta a los trabajadores.
Cunde
el pánico y se desconfía de la actividad política, todos los
políticos y sindicalistas de las altas esferas son vistos como
corruptos, encubridores, vendidos al poder. Los sindicatos se
vacían de militantes, el movimiento obrero cada día más desorganizado y disminuido ya no responde como la sociedad
necesita.
La
crisis que padecemos y la pasividad y falta de encontrar soluciones
satisfactorias a las necesidades más perentorias de nuestro pueblo
lleva a la desconfianza generalizada, al desprecio hacia actividad
política, al absentismo, a buscar nuevas formas de combatir los
problemas del día a día... Y surgen los movimientos sociales
alternativos al margen de la política, incluso muchos se declaran
apolíticos.
Hay
una gran confusión dentro estos mismos movimientos sociales
espontáneos, solo les asiste la idea de parar la sociedad en su
declive, oponerse al mal uso del poder y empezar de cero. No hay una
organización, sino muchas organizaciones, siglas, que van surgiendo
unas de otras.
En
sí estos movimientos han traído un aire fresco y nuevo en
sentido de que es posible plantarse, de que es posible
reunirse, de que es posible pedir dimisiones de los
gobernantes actuales, solicitar lo que creen soluciones...
Pero
así como muchos se mueven por la necesidad imperiosa de
hacer algo, de decir basta, de proclamar la desconfianza en el
sistema ante políticas, aspectos o acciones de ese poder político
abusivo, muchos no llegan a la conclusión de que es todo el sistema
el que falla, de que es necesaria acabar con él para construir la
nueva sociedad.
La
aparición de los múltiples movimientos sociales a partir del 15m,
en cierto modo es como grito generalizado a la libertad y a
la necesidad de responder a cada uno de lo problemas que se
están viviendo en el dia a día..., pero su falta de
organización, coordinación y estrategia unitaria lleva al
movimiento social a perder una perspectiva de futuro. Solo están
ocupados en su faceta concreta de lucha y lo que es peor a
veces, las menos, afortunadamente, enfrentados por personalismos.
Por
otra parte junto a los voluntariosos se infiltran oportunistas
que quieren controlar el movimiento e incluso violentos que
terminan jodiendo lo que ha sido un buen trabajo de movilización.
Estas apariciones violentas influyen en que la sociedad se retraiga o
no se integre en las movilizaciones.
Los
movimientos sociales espontáneos unas veces, organizados otras,
siempre asamblearios, aportan su entusiasmo y rebeldía, son
inyecciones de moral, que nos obligan a los que creemos en la acción
política a entender y cooperar en las luchas, sin olvidar para nada
que nuestro objetivo es la sustitución de este sistema por otro más
justo e igualitario, cuyo mejor modelo no puede ser otro que la
República.
Conclusión
son positivos para la sociedad los diferentes movimientos sociales
que han idos surgiendo, que han movido a la juventud sobre
todo. Si logramos una buena convergencia con ellos y los
sindicatos vuelven a la acción sindical estaremos a un paso
de lograr el cambio social por el que nos organizamos: LA III REPÚBLICA.
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