La ultraderecha consigue sentar en el banquillo al Juez democrático Sr. Garzón
La conjunción de jueces conservadores, resentidos, nostálgicos de los viejos tiempos oscuros, más la ultraderecha militante representada por la Falange, junto a las simpatías y ganas del PP por encausarle y la pretendida neutralidad del PSOE que mira hacia otro lado y deja hacer como el que no quiere..., todo ello en "santa" alianza lleva a este juez de reconocida valía y honestidad internacional al banquillo de los acusados, para desepero de los demócratas de este país, rompiendo la esperanza de las víctimas de la cruel represión fascista y de los familiares que tras la promulgación de la Ley de la Memoria Histórica creíamos que se abría una posibilidad, pequeña, pero posiblidad de justicia y reparación del horror históricamente sufrido.
Qué poco vale esta Ley, qué excaso juego y espacio deja a los pocos que pretenden interpretarla de manera positiva y posibilisita, que al pretender investigar los crímenes del la dictadura permite acusar al juez investigador de prevaricador, el delito más grande que un profesional de la justicia puede cometer. Qué sistema judicial más endeble, ineficaz y corrompido que permite a los descendiente ideológicos de los que se mancharon las manos y ejercieron la represión más fuerte que ha sufrido nuestro pueblo convertirse en acusadores y valedores de la justicia.
Si esto no conseguimos frenarlo con los instrumentos del derecho y de la voluntad democrática de los españoles habrá que concluir que el paso a la justicia democrática, pese a la tan cacareda y "ejemplar" transición de la dictadura a la democracia, se dio en falso, por lo que no cabe tanta reverencia y conservadurismo por la constitución actual, pues, un sístema donde la injustica desplaza y ocupa el espacio reservado a la justicia no es válido y cabe replantearnos todo, con la esperanza de un cambio, de un compromiso por una constitución democrática, solidaria y justa donde quepan todas las opiniones y organizaciones cívicas que utilicen sólo y exclusivamente los medios democráticos y legales para su actuación.
Si el poder en la democracia emana del pueblo, el poder judicial debe estar en sintonía con la democracia, sus compenente deben ser electos por el pueblo, servir con justicia y lealtad a los intereses del pueblo, no como hasta ahora que son una cortapisa y un freno para investigar y hacer justicia frente al atropello, protegiendo intereses y comportamientos de los antidemócratas por naturaleza.
La conjunción de jueces conservadores, resentidos, nostálgicos de los viejos tiempos oscuros, más la ultraderecha militante representada por la Falange, junto a las simpatías y ganas del PP por encausarle y la pretendida neutralidad del PSOE que mira hacia otro lado y deja hacer como el que no quiere..., todo ello en "santa" alianza lleva a este juez de reconocida valía y honestidad internacional al banquillo de los acusados, para desepero de los demócratas de este país, rompiendo la esperanza de las víctimas de la cruel represión fascista y de los familiares que tras la promulgación de la Ley de la Memoria Histórica creíamos que se abría una posibilidad, pequeña, pero posiblidad de justicia y reparación del horror históricamente sufrido.
Qué poco vale esta Ley, qué excaso juego y espacio deja a los pocos que pretenden interpretarla de manera positiva y posibilisita, que al pretender investigar los crímenes del la dictadura permite acusar al juez investigador de prevaricador, el delito más grande que un profesional de la justicia puede cometer. Qué sistema judicial más endeble, ineficaz y corrompido que permite a los descendiente ideológicos de los que se mancharon las manos y ejercieron la represión más fuerte que ha sufrido nuestro pueblo convertirse en acusadores y valedores de la justicia.
Si esto no conseguimos frenarlo con los instrumentos del derecho y de la voluntad democrática de los españoles habrá que concluir que el paso a la justicia democrática, pese a la tan cacareda y "ejemplar" transición de la dictadura a la democracia, se dio en falso, por lo que no cabe tanta reverencia y conservadurismo por la constitución actual, pues, un sístema donde la injustica desplaza y ocupa el espacio reservado a la justicia no es válido y cabe replantearnos todo, con la esperanza de un cambio, de un compromiso por una constitución democrática, solidaria y justa donde quepan todas las opiniones y organizaciones cívicas que utilicen sólo y exclusivamente los medios democráticos y legales para su actuación.
Si el poder en la democracia emana del pueblo, el poder judicial debe estar en sintonía con la democracia, sus compenente deben ser electos por el pueblo, servir con justicia y lealtad a los intereses del pueblo, no como hasta ahora que son una cortapisa y un freno para investigar y hacer justicia frente al atropello, protegiendo intereses y comportamientos de los antidemócratas por naturaleza.
¿Neutralidad del PSOE dice Vd. Sr.?
ResponderEliminarEstimado comentarista: digo "pretendida neutralidad" que no es lo mismo. Pretenden hacernos creer que son neutrales y que hay que dejar trabajar a la justicia, pero esta justicia no está funcionando como tal si lees mi reflexión... Gracias no obstante por molestarte en leerlo.
ResponderEliminarBuena reflexión. Ciertamente, la Ley de memoria histórica es un paso pequeño, pero que se queda en estéril, dadas las bases sobre las que se han edificado nuestros modelos políticos, judiciales, institucionales...
ResponderEliminarSobre el tema de la "neutralidad del PSOE", la verdad es que si al PSOE, en cuestiones de memoria, lo comparamos con el PP da la sensación que rompe el marcador de izquierdismo. Lo preocupante es que es una falsa sensación, un espejismo... Si no que le pregunten lo que piensan de la Ley de memoria a toda la sociedad civil sensible con la cuestión, a todos los ciudadan@s y asociaciones que son parte implicada.
No es discutible que -al menos en mi opinión- el PSOE, en cuestiones de memoria histórica está muy lejos del PP... ¡Faltaría más, con esta derecha que sufrimos! Lo que me parece alarmante, es la naturalidad y la normalidad con la que se pasean y se defienden dentro de la derecha (y la ultraderecha) parlamentaria (y extraparlamentaria) ciertos "planteamientos", prohibidos en otros estados, con situaciones equiparables, como Alemania y, en otra medida, Argentina.
Me parece que, pasados 35 años de la muerte del dictador, ya va siendo hora de revisar el pacto de la transición y profundizar en la cultura democrática.
Salut i República!!!