Ni todos los políticos, ni todas las políticas
Frecuentemente nos quejamos de que todos los políticos son iguales, que todos se comportan de la misma manera, que nada les importamos, que están para beneficiarse en el amplio sentido de la palabra, que la política es el arte de engañar y embaucar, que política y corrupción son viajeras del mismo tren, que todo es demagogia...
Confieso que alguna vez me ha calado esta sensación y que el desasosiego me ha acompañado a aventurarme y casi perderme en estos pensamientos. Pero, evidentemente, esto es radicalmente falso. La derecha política, heredera del franquismo, y por lo tanto demócratas conversos, sólo conversos, y en esa medida oportunistas, no son lo mismo que lo políticos autollamados progresistas, socialdemócratas, socialistas, comunistas...
No están en el mismo barco ni reman en la misma dirección. Son distintos. Pero si constatamos que esa supuesta izquierda, especialmente los “progresistas” y “socialdemócratas”, en el gobierno central, ceden todos los días a las presiones de la derecha, les falta valor e ideas para hacer avanzar a esta sociedad hacia formulas más democráticas y justas, fallan en la resolución de la crisis económico social que padecemos al aplicar las mismas medidas que cualquier otro gobierno burgués del entono y hacen recaer sobre los trabajadores el coste de la crisis sacrificando conquistas históricas del movimiento obrero, que son excesivamente benévolos y protectores con la Iglesia Católica, que miran hacia otro lado ante la contrarrevolución jurídica del llamado poder judicial, etc... pues, esto y más cosas y situaciones injustas mal resueltas, nos lleva a cierta desesperación y a la triste afirmación de que todos los políticos de este país son iguales, aunque desde la racionalidad sabemos que no es así. Solo que esta política fallida de la "izquierda" gobernante abre las puertas de par en par a los neofranquistas. Al tiempo, de no corregirse, lo veremos.
Confieso que alguna vez me ha calado esta sensación y que el desasosiego me ha acompañado a aventurarme y casi perderme en estos pensamientos. Pero, evidentemente, esto es radicalmente falso. La derecha política, heredera del franquismo, y por lo tanto demócratas conversos, sólo conversos, y en esa medida oportunistas, no son lo mismo que lo políticos autollamados progresistas, socialdemócratas, socialistas, comunistas...
No están en el mismo barco ni reman en la misma dirección. Son distintos. Pero si constatamos que esa supuesta izquierda, especialmente los “progresistas” y “socialdemócratas”, en el gobierno central, ceden todos los días a las presiones de la derecha, les falta valor e ideas para hacer avanzar a esta sociedad hacia formulas más democráticas y justas, fallan en la resolución de la crisis económico social que padecemos al aplicar las mismas medidas que cualquier otro gobierno burgués del entono y hacen recaer sobre los trabajadores el coste de la crisis sacrificando conquistas históricas del movimiento obrero, que son excesivamente benévolos y protectores con la Iglesia Católica, que miran hacia otro lado ante la contrarrevolución jurídica del llamado poder judicial, etc... pues, esto y más cosas y situaciones injustas mal resueltas, nos lleva a cierta desesperación y a la triste afirmación de que todos los políticos de este país son iguales, aunque desde la racionalidad sabemos que no es así. Solo que esta política fallida de la "izquierda" gobernante abre las puertas de par en par a los neofranquistas. Al tiempo, de no corregirse, lo veremos.
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