Hacia la República
Trabajar por la República, recuperar su memoria como el estado legal del que se dotó el pueblo soberano y al que se puso fin de forma violenta por una parte considerable del ejército movido y dirigido por la oligarquía reaccionaria y fascista con la ayuda e inspiración de la Iglesia Católica, en especial su jeraquía, la más retrógada de Europa, recuperar la memoria de los asesinados en cunetas y tapias de cementerios, de los desaparecidos..., todo ello sin ánimo de venganza sino para aprender de la historia y no volver a repetir jamás semejantes atropelías. Para conseguir el Estado social para todos, laico, democrático, justo, que reparta cargas y beneficios con equidad es por lo que debemos organizarnos y luchar democráticamente manifestando nuestra repulsa a un Estado que es rehén tanto de una familia que vive y se enriquece a su costa así como de una burguesía y oligarquía que con la excusa de la globalización se vuelve a poner al servicio de lo que antaño conocíamos por su verdadero nombre: imperialismo yanki y hacen recaer todo el peso de la crisis económica causada por los especuladores, banqueros y grandes burgueses sobre los trabajadores de todas las clases. Para que los políticos cuyo objetivo es enriquecerse y no servir lealmente a los ciudadanos que les han elegido, que desgraciadamente abundan en todos los partidos del arco parlamentario dejen de manejar la cosa pública, para recuperar la democracia y la política hecha con la participación de todos los ciudadanos y puesta en servicio de todos y sin privilegios que creen diferencias es por lo que hay que trabajar pensando en la República, sin exclusiones, favoreciendo la mayor democracia ciudadana posible a través del ejercicio de la libertad sin restricciones, de la extensión de la educación gratuita, pública y laica, por la cultura en toda su extensión y vigor, por el acceso a la ciencia y a la investigación al servicio de todos, por la justicia social, por reparto del trabajo y de sus beneficios, en difinitiva por el bienestar social de todos los ciudadanos. Sólo la República de los trabajadores de todas las clases nos puede ir acercando a ese mundo más armonioso y justo.
Trabajar por la República, recuperar su memoria como el estado legal del que se dotó el pueblo soberano y al que se puso fin de forma violenta por una parte considerable del ejército movido y dirigido por la oligarquía reaccionaria y fascista con la ayuda e inspiración de la Iglesia Católica, en especial su jeraquía, la más retrógada de Europa, recuperar la memoria de los asesinados en cunetas y tapias de cementerios, de los desaparecidos..., todo ello sin ánimo de venganza sino para aprender de la historia y no volver a repetir jamás semejantes atropelías. Para conseguir el Estado social para todos, laico, democrático, justo, que reparta cargas y beneficios con equidad es por lo que debemos organizarnos y luchar democráticamente manifestando nuestra repulsa a un Estado que es rehén tanto de una familia que vive y se enriquece a su costa así como de una burguesía y oligarquía que con la excusa de la globalización se vuelve a poner al servicio de lo que antaño conocíamos por su verdadero nombre: imperialismo yanki y hacen recaer todo el peso de la crisis económica causada por los especuladores, banqueros y grandes burgueses sobre los trabajadores de todas las clases. Para que los políticos cuyo objetivo es enriquecerse y no servir lealmente a los ciudadanos que les han elegido, que desgraciadamente abundan en todos los partidos del arco parlamentario dejen de manejar la cosa pública, para recuperar la democracia y la política hecha con la participación de todos los ciudadanos y puesta en servicio de todos y sin privilegios que creen diferencias es por lo que hay que trabajar pensando en la República, sin exclusiones, favoreciendo la mayor democracia ciudadana posible a través del ejercicio de la libertad sin restricciones, de la extensión de la educación gratuita, pública y laica, por la cultura en toda su extensión y vigor, por el acceso a la ciencia y a la investigación al servicio de todos, por la justicia social, por reparto del trabajo y de sus beneficios, en difinitiva por el bienestar social de todos los ciudadanos. Sólo la República de los trabajadores de todas las clases nos puede ir acercando a ese mundo más armonioso y justo.
Recojo y transcribo este comentario que he leído en el muro facebook del PCE Salamanca, que me parece interesante y con el que coincido (puede verse en mi blog de fecha 19 de marzo):
ResponderEliminar"Nos gusta la iniciativa, pero hacer la comparativa de "República=No Monarquía", es bastantes simplificador y reducionista. Tal vez lo lógico sería hacer hincapié en lo que consiste de verdad una república, o más aún, en explicar los tipos de república que existen, o cuál de ellas es la que podría convenirnos a nosotros los españoles."