Corte de mangas al voto útil
Cada cuatro años nos llaman a votar los poderes públicos o gobiernos de turno: a concejales, a diputados autonómicos, a elecciones generales, a elecciones europeas... Con esto nos hacen creer de forma machacona en la importancia de nuestro voto en , en el “tú decides”...
Nosotros ciudadanos de un país al que se supone una democracia occidental acudimos en un porcentaje estimable y en muchos casos por encima de la media de los países que nos rodean. En esto consiste toda nuestra democracia: en poder votar, luego los elegidos harán lo que les venga en gana, olvidarán todas las propuestas y programas que elaboraron expresamente para movilizarnos a votar y harán lo que crean más oportunos para mantenerse al frente de las diversas instituciones.
Es la democracia liberal, supuestamente, y solo supuestamente, el gobierno del pueblo para el pueblo, pero en el fondo no es más que una partitocracia, una pantomima y burla de la democracia.
Nosotros ciudadanos de un país al que se supone una democracia occidental acudimos en un porcentaje estimable y en muchos casos por encima de la media de los países que nos rodean. En esto consiste toda nuestra democracia: en poder votar, luego los elegidos harán lo que les venga en gana, olvidarán todas las propuestas y programas que elaboraron expresamente para movilizarnos a votar y harán lo que crean más oportunos para mantenerse al frente de las diversas instituciones.
Es la democracia liberal, supuestamente, y solo supuestamente, el gobierno del pueblo para el pueblo, pero en el fondo no es más que una partitocracia, una pantomima y burla de la democracia.
Así, los tres poderes clásicos que , según los estudiosos definen el funcionamiento de una democracia: poder ejecutivo, poder legislativo y poder judicial se concentran en la fuerza mayoritaria votada, unas veces los neofranquistas “demócratas de toda la vida”, y otras veces en los socialdemócratas con apellido de “obrero”, pero como su adversarios por la derecha, fieles sostenedores del status quo, gestores políticos y garantes ambos de los intereses de la clase dominante, de los capitalistas: derecha y socialdemócratas, pues, conjurados en la defensa de la sociedad desigual, de la explotación económica y social de los más débiles.
Cuando llegan las elecciones se acuerdan ambas fuerzas de los sufridos electores y reclaman el voto con mil ofertas y programas cada cual más maravilloso, pero válidos sólo hasta el recuento de los votos y la proclamación de los vencedores...
De la derecha sólo me preocupa como pueden movilizar a tantos asalariados cuando defienden intereses tan antagónicos...
De la socialdemocracia me preocupa como agitan la bandera de viene el “coco” de la derecha y en consecuencia reclaman el voto útil para pararlos y como caemos en el camelo tantos y tantos hombres y mujeres del pueblo.
Votando a unos (la derecha) y a otros (los socialdemócratas), conseguimos perpetuar la pseudodemocracia con todas sus secuencias de mal gobierno, de crisis, de recorte paulatino pero sin pausa de los derechos sociales y económicos de los trabajadores, mantener la monarquía borbónica, participar en las guerras injustas que se desarrollan más allá de nuestras fronteras, antes Iraq, hoy Afganistán y mañana donde nos señale la fuerza de los imperialistas yankis...
Pero si los no ricos, los trabajadores por cuenta jena, empleados o desempleados, somos los más, si nadie trabaja por nosotros, ¿por qué delegamos la defensa de nuestros intereses en quienes durante un montón de años nos vienen demostrando, que sólo somos un número de votos, unos paletos políticos fáciles de manejar y engañar?.. ¿Hasta cuándo haremos cesión de nuestros intereses en manos de nuestros adversarios? ¿Por qué no les damos un corte de mangas a las cantinelas del voto útil?. ¿Por qué si hay tantos hombres y mujeres de izquierda en diversas organizaciones o por libre no somos capaces de entendernos y buscar lo que nos une?
Mientras tanto la democracia social, económica, y política, en definitiva la justicia en su más amplio y generoso sentido será la asignatura pendiente, la que no conseguimos aprobar por vagancia (al dejar que sean otros los que administren nuestros intereses) o dejadez ( falta de conciencia política y de clase) o por cobardía ( al conformarnos con hacer jornadas largas y horas extras para cubrir nuestras necesidades y las que nos crean artificialmente con la publicidad y el consumismo). Todo menos romper las cadenas, cuando tenemos un mundo por ganar, la verdadera democracia.
Cuando llegan las elecciones se acuerdan ambas fuerzas de los sufridos electores y reclaman el voto con mil ofertas y programas cada cual más maravilloso, pero válidos sólo hasta el recuento de los votos y la proclamación de los vencedores...
De la derecha sólo me preocupa como pueden movilizar a tantos asalariados cuando defienden intereses tan antagónicos...
De la socialdemocracia me preocupa como agitan la bandera de viene el “coco” de la derecha y en consecuencia reclaman el voto útil para pararlos y como caemos en el camelo tantos y tantos hombres y mujeres del pueblo.
Votando a unos (la derecha) y a otros (los socialdemócratas), conseguimos perpetuar la pseudodemocracia con todas sus secuencias de mal gobierno, de crisis, de recorte paulatino pero sin pausa de los derechos sociales y económicos de los trabajadores, mantener la monarquía borbónica, participar en las guerras injustas que se desarrollan más allá de nuestras fronteras, antes Iraq, hoy Afganistán y mañana donde nos señale la fuerza de los imperialistas yankis...
Pero si los no ricos, los trabajadores por cuenta jena, empleados o desempleados, somos los más, si nadie trabaja por nosotros, ¿por qué delegamos la defensa de nuestros intereses en quienes durante un montón de años nos vienen demostrando, que sólo somos un número de votos, unos paletos políticos fáciles de manejar y engañar?.. ¿Hasta cuándo haremos cesión de nuestros intereses en manos de nuestros adversarios? ¿Por qué no les damos un corte de mangas a las cantinelas del voto útil?. ¿Por qué si hay tantos hombres y mujeres de izquierda en diversas organizaciones o por libre no somos capaces de entendernos y buscar lo que nos une?
Mientras tanto la democracia social, económica, y política, en definitiva la justicia en su más amplio y generoso sentido será la asignatura pendiente, la que no conseguimos aprobar por vagancia (al dejar que sean otros los que administren nuestros intereses) o dejadez ( falta de conciencia política y de clase) o por cobardía ( al conformarnos con hacer jornadas largas y horas extras para cubrir nuestras necesidades y las que nos crean artificialmente con la publicidad y el consumismo). Todo menos romper las cadenas, cuando tenemos un mundo por ganar, la verdadera democracia.
Genial
ResponderEliminar... mientras no se cambien la política de votos y, lo que es más importante, el pensar del españolito, vamos a estar jugando con los de siempre para siempre. Mientras nos sigan bombardeando con el maldito fútbol eternamente y al españolito no se le enciendan más bombillas que la de la TDT no habrá manera, pero en fin, tendremos que pensar que algún día, quizás alguno, pueda suceder un movimiento de masas dispuestos a romper el poder establecido
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